¿Cuántos años tenemos escuchando lo de la profilaxis en las filas de la Policía Nacional? ¡Muchos! ¿Verdad? Pues realmente nunca se ha puesto en práctica.

La Policía Nacional, independientemente de los aprestos de modernización y tecnificación, para garantizar la seguridad ciudadana, prevenir los hechos delictivos e investigar las acciones delincuenciales ya consumadas, nunca ha tocado la parte más esencial, que es la de desmantelar las estructuras mafiosas que operan dentro de la propia institución, llegando incluso a constituirse en asociaciones de malhechores y vulgares delincuentes, o sea la Iglesia en manos de Lutero.

Así ha quedado evidenciado una vez más, con el espeluznante caso acontecido en Puerto Plata, donde un grupo de oficiales, suboficiales y alistados, realizaron un allanamiento sin la presencia del Ministerio Publico, en una residencia de unos ciudadanos extranjeros, falleciendo en un supuesto enfrentamiento a tiros el ciudadano alemán Peter Dietrich, donde sustrajeron artículos de valor y dos cajas fuertes en cuyo interior según sus propietarios habían un promedio de 60 millones de pesos al cambio en monedas como el Euro y el dólar, además de Ipads, computadoras, armas de fuego, en fin al parecer dejaron las paredes porque no pudieron con ellas.

No obstante este vergonzoso e inaceptable accionar de los oficiales policiales, perdón de los delincuentes policiales y pese a existir una formal querella presentada por los ciudadanos alemanes Gunter Peter Lauer y Rigaud Petit-Frere, el caso se mantuvo en silencio durante más de ocho meses, al parecer tratando de ordenar algunas fichas, para romper la soga por lo más débil y tratar de proteger a los verdaderos responsables de la Dirección Central de Inteligencia Delictiva y la Direcciónde Investigaciones Criminales.

Al percatarse de que no había formula humana de evitar la realización de las investigaciones de lugar, por las presiones ejercida por la Embajada de Alemania en la Republica Dominicana, así como la formal acusación contra todos y cada uno de los oficiales superiores, suboficiales y alistados que participaron en el hecho, el Consejo Superior Policial, encabezado por el actual Jefe de la Policía Nacional, Mayor General P.N. Manuel Castro Castillo, procedió de solicitar al Poder Ejecutivo la cancelación del nombramiento de varios oficiales y poniéndolos en retiro forzoso con derecho a pensión, por antigüedad en el servicio, además de someter a la acción de la justicia a otros policías, perdón delincuentes, que ejecutaron este plan en perjuicio de estos extranjeros.

Lo demás ya lo sabe el mundo entero y no hay porque sorprenderse si en los próximos días suceden hechos similares, pues la policía nacional está podrida y por más que se reúnan, por más que se hagan rueda de prensa para anunciar planes, por más aumento salarial que se haga, si no se cambia la forma de pensar y accionar en la institución, cada día tendremos una policía más corrupta y perversa.

Somos de opinión que hasta que no desaparezca la mafia que actualmente opera en los departamentos más sensitivos de la Policía Nacional, hasta que los comandantes departamentales dejen de exigirle cuotas de dinero a sus subalternos (los conocidos semanales o mensualidades) desde el alto mando, hasta los que comandan las secciones y parajes, hasta que no se elimine la mafia que opera dentro de la policía, que agarran a atracadores, ladrones, narcotraficantes en fin toda clase de delincuentes y la propia policía le despoja de lo que le ocupan y lo dejan ir, para robárselo al igual que este caso en Puerto Plata.

Hasta que el alto mando policial no entienda que deben servir en base a su salario y no en base a que hay que buscarse unos cuartos todos los meses por la vía que fuese y que todos la conocemos, hasta que los departamentos sensitivos no sean designado oficiales superiores de carrera, con especialismos y con un alto criterio de honestidad, seguiremos teniendo una policía llena de delincuentes.

A esto se suma muchos ciudadanos ingenieros, médicos y de otras profesiones corruptos y perversos que a través del tráfico de influencia, han logrado ingresar a la policía nacional, sin embargo nunca han hecho un curso, ni han prestado servicio en ningún cuartel, ni han comandado nada, que solo utilizan sus respectivos rangos para protegerse y poder hacer toda clase de diabluras, ha sabiendas de  que Asuntos Internos investiga los casos, pero que con la corrupción que impera en la institución, maquillan los resultados y se auto protegen los unos con los otros, aparte de estar cobrando cheques en varias instituciones, esos vividores deben ser cancelados o reintegrarlos a la institución, pues si usted quiere ser policía debe servirle a la institución y no a otra del gobierno como ocurre actualmente.

Mientras los policías no dejen de macutear en los billares, compra-ventas, car wasch, recibir dinero de los riferos de aguante, de los puntos de microtrafico y si continuo no termino, entonces la imagen de la institución seguirá en decadencia y cuando la población pierde la confianza en la Policía Nacional que supuestamente esta para protegerla, pero que en este caso no está siendo así, ya que a diario vemos como se apresan a miembros de la Policía, que son jefes de bandas de delincuentes, de atracadores, de puntos de drogas, etc. etc. etc., entonces seguiremos teniendo la Iglesia en manos de Lutero.

El asunto de la Policía Nacional, no es cuestión de quien sea el Jefe, es de principios, de valores, de honestidad y sobre todo de vocación de servicio y si bien es cierto que en la policía hay muchos hombres y mujeres serios, honestos, capaces y con una gran capacidad, no menos cierto es que una proporción, no son más que vulgares mafiosos, chantajistas, macuteadores, tromperos, y cuantos calificativos se les pueda indilgar a los denominado delincuentes, que muchas veces son reclutados, instruidos y protegidos, por los propios miembros de la uniformada sin  importar el rango, mientras mayor sea el rango, mas ambicionan.

Este caso no debe quedarse en simple amonestaciones, cancelaciones y sometimientos, sino que debe servir de ejemplo y destituir a todos los que de una manera u otra se hicieron de la vista gorda o actuaron de manera negligente, intencionalmente o no y lograr que los jueces que vayan a conocer el caso, puedan evacuar sentencias con las penas máximas, solo de esta manera los que hoy día están dentro de las filas policiales que se dedican a violentar las leyes, a creerse que todavía están por encima de todos, que son intocables o que tienen sus padrinos protectores dentro de la institución y que no hay justicia para ellos, comprendan que ya la pava no pone donde ponía y que la sociedad dominicana está dispuesta a enfrentarlos en el terreno que ellos escojan.

Todo indica que el seguimiento que supuestamente se le daba a estos ciudadanos extranjeros, por supuestamente pertenecer a una secta religiosa y no sé cuántas cosas más se habrán inventado, no se trató más que de los trompos que se arman para cometer fechorías y tratar de involucrar a personas serias y honestas en los hechos.

Al parecer este grupo de policías delincuentes, lo que estaban era estudiando al grupo de extranjeros para hacer lo que hicieron y robarles sus pertenencias, armas, dinero, joyas, relojes, tal como ocurrió y que de manera tan descarada algunos de los que perpetraron el hecho lo han manifestado a la comisión que actualmente está investigando el caso, entre los que se encuentra el Ministerio Publico.

Hay que cambiar el sistema policial, la mentalidad de sus miembros, pero al menos yo lo pongo en dudas, porque el árbol que nace torcido jamás vuelve a enderezarse, entonces debemos construir una nueva policía nacional y dejar de estar enganchando a todo el que quiera portar un arma, una placa y un uniforme, aun sabiendo que el perfil físico y psicológico deja claramente evidenciado de que tarde o temprano podría ser tentados por los mismos hechos que deben combatir.

Siempre he dicho que el problema en la República Dominicana no es de quien sea el Presidente, el jefe Policial, el Ministro, etc. , el problema es el sistema que ya ha colapsado y que está corrompido de los pies a la cabeza, por lo que hay que revolucionar, reestructurar y mejorar, para evitar males peores, que es la percepción que tiene la gran mayoría del pueblo dominicano hoy día.