En mi pasado articulo refllexioné sobre la importancia de la conversación como un hábito necesario para el ejercicio del pensar.
Es muy probable que, como yo, hayan percibido escenarios donde se ha producido una pérdida de la conversación. Un ejemplo de ello es el encuentro de pareja donde los integrantes interactúan con alguien a través de su teléfono inteligente, totalmente indiferentes a su acompañante quien se encuentra sentado justo al frente. Se presenta lo que la investigadora Sherry Turkle llamó “un escape de la conversación”.
Turkle, quien durante años ha estudiado la influencia de la tecnología en las interaciones personales, entiende esta huida en el contexto más general de un escape de la comunidad, de las experiencias y de las relaciones, preguntándose si no estamos consolidando una cultura donde reemplazamos la empatía vinculada a la conversación por “la sensación de conversación”, sustituimos la amistad por la “sensación de amistad” y reemplazamos la experiencia de seres comunitarios por la “sensación de comunidad”.
En otras palabras, ¿hasta dónde estamos pasando por un proceso de “simulación de experiencias” que ocupan el espacio de otras fundamentales para el desarrollo de nuestra personalidad y para el sostenimiento de las sociedades democráticas modernas?
También, observamos la cada vez más frecuente tendencia a tener “experiencias truncadas”, (interrumpir la percepción de una obra de teatro o un film para chatear, navegar mientras se escucha una clase o una conferencia).
Esta hiperractividad amenaza la pausa y focalización necesarias para desarrollar el acto del pensar, para centrarnos en cuestiones que requieren del pensamiento analítico.
Preocuparse por esta situación, no nos convierte en “apocalípticos”. El incuestionable desarrollo implícito en la emergencia de las redes sociales implica, como toda innovación, experimentar pérdidas. El problema es si las experiencias perdidas son irreversibles o si, siendo constitutivas de una auténtica existencia en libertad, requerimos esforzarnos en preservarlas y como hacerlo.