La falta de un candidato presidencial propio del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que compita en las elecciones previstas para el 20 de mayo de este año, es una nueva señal de que el bipartidismo amenaza con quedarse en la República Dominicana, sabrá Dios por cuánto tiempo, puesto que los partidos emergentes crecen muy lentamente.
La cúpula de dicha organización ha decidido formalizar alianzas, y todo indica que se decidirá por respaldar al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y a su candidato Danilo Medina. Es decir, continuará como "una bisagra", en lugar de haber luchado para rescatar sus glorias anteriores, que las tuvo, todo por un sostenido afán de seguir aferrado a los privilegios del Poder de que ahora disfruta.
El febrero del año pasado, durante el III Congreso Joaquín Balaguer, el (PRSC) anunció su decisión de acudir con una candidatura presidencial propia en las elecciones de este año, pero esas palabras se las llevó el viento. Se fue también a la porra aquel anuncio de que los reformistas estaban convencidos de que la ruta propia con un candidato presidencial para los próximos comicios, era "el camino de la fortaleza interna y de la unidad".
"El PRSC debe concurrir solo, sin alianzas con partidos mayoritarios a las elecciones presidenciales a celebrarse el tercer domingo de mayo en el año 2012, estableciendo la ruta para presentar su propio candidato o candidata, seleccionado en base al método más conveniente de los establecidos en los estatutos, a más tardar en el mes de septiembre del presente año (2011)", dijo entonces la organización que fundara Balaguer. Pero pasó septiembre y no se escogió el candidato.
Está claro que la división interna del PRSC, donde predomina el apoyo al PLD, conspira contra la elección de un candidato, perdiéndose el logro de la unidad y eventualmente recuperar el Poder algún día.
No es que uno se alegre o le preocupe lo que le sucede el llamado "Partido del gallo colorao", sino que su desaparición constituye una desesperanza para los miles de reformistas, que seguramente le votarían si tuviera un candidato propio.
La decisión de la cúpula reformista de concertar una alianza con quien cree que mantendrá segura una cuota de Poder, no solamente incumple con su promesa del año pasado, sino que constituye una traición a los reformistas de la base, que en su mayoría fueron y son "balagueristas".
Nos apena que los Partidos emergentes no se hayan puesto de acuerdo para escoger un candidato de consenso, lo que habría permitido cuantificar el número de dominicanos que están en contra de los dos grandes Partidos que inciden en nuestra política, entre los cuales está el que gobierna, que tiene el control de prácticamente de todos los organismos decisorios del Estado.
Esta es una de las razones por las cuales creemos que habrá una gran abstención, porque aún cuando los emergentes tengan un candidato propio, generalmente los dominicanos no votan por alguien que saben que va perder, por más que reconozcan sus méritos y capacidades.