La pedagogía semiótica orientada hacia el conocimiento de los textos y las imágenes plantea un espacio reflexivo de las formas significantes, desde un espacio crítico, integrador y por lo mismo cultural, donde las diversas técnicas dialógicas de articulación unificante del sentido se hacen libres en el ámbito de producción texto-visual. En el caso de todo estudio que implica una crítica de la significación y la educación a partir de las imágenes, existe como complemento un ámbito de posibilidad docente, académica, técnica y sobre todo creadora.

Cualquier proceso semiótico-pedagógico llevado a cabo a través del conocimiento de las imágenes y los textos verbales, implica la inclusión de una historia semiótica de la cultura, del arte y de la educación. Para la relación entre semiótica de la cultura, la historia del arte y de la práctica educativa, asistimos a un contrato epistemológico necesario, que conduce a una etapa de complementos creadores en los diversos ámbitos de la experiencia didáctica. (Véase A. J. Greimas: Para una semiótica didáctica, ensayo publicado en Le Bulletín, 7, 1979.)

De lo dicho anteriormente se desprende la puesta en marcha de una acción comparativa, donde podemos advertir un marco práctico de conocimiento y desarrollo perceptivo-sensorial, basado en experiencias estético-pedagógicas generadas en el espacio académico-docente. Todo esto conduce, sin lugar a dudas, a una solución de problemas pendientes  desde la perspectiva de una pedagogía semiótica de la instrucción, el arte y la cultura.

¿Qué se enseña y que se aprende? ¿Qué se emite y qué se recibe? ¿Qué se produce y qué significa lo que se produce en el espacio social y educativo-docente? ¿Qué se construye y qué presentifica el sujeto de la educación? ¿Qué se reconoce como lenguaje, diálogo, mensaje e interacción pedagógica? ¿Qué sucede hoy con las mediaciones formadoras, creadoras y culturales? Estas preguntas forman parte de un proceso donde las estructuras y funciones de los diversos espacios de comunicación y significación se pronuncian como estrategias de búsquedas en los diversos niveles de la relación enseñanza-aprendizaje  textual, visual, y comunicacional.

Algunos aspectos de una pedagogía semiótica del arte que tienen su base en un proceso básico de producción de signos, van creando procesos de enunciación directos, indirectos y contextuales que producen efectos necesarios en la vida de las formas educativas, culturales y artísticas, entre otras.

Esto quiere decir que tanto las principales técnicas, prácticas dialógicas, artísticas, teóricas y los nuevos argumentos y fundamentos que le sirven de base a la valoración estética, semiótica y educacional de nuestros días, se apoyan en una nueva experiencia de uso y producción de los signos, textos, e imágenes artísticas.

Una pedagogía general o particular de las imágenes, involucra los elementos formadores que nos llevan al concepto de significado y  significación en el ámbito del progreso semiótico de las artes visuales y mixtas, así como también de los textos híbridos y funcionales de la cultura-educación.

Esto quiere decir que las diversas historias y metodologías de las imágenes, ayudan a resituar también la historia, la teoría y la crítica orientadas hacia el conocimiento de  las imágenes, los textos verbales e híbridos y la cultura de los signos. Existe un vínculo obligatorio entre imagen, sociedad y sujeto. Dicho vínculo conduce a un desarrollo de las posibilidades productivas y analíticas de las imágenes,  la sociedad y la educación.

La llamada revolución digital, así como el ejemplo de los diversos mecanismos de producción multimedia, solicitan también una pedagogía especial que conlleve al estudio y práctica de las nuevas imágenes y los nuevos contextos de producción y recepción de textos especiales en la cultura-educación.

Esta incursiones tecno-culturales, tecnológico-educativas, semiográficas, multimedia y significantes, se activan y reconocen en un contexto de necesidades sociales, técnicas, operativas y sociocomunicativas. Lo que particularmente implica la lectura y comprensión de estos procesos ayuda a la recuperación de los niveles de percepción y productividad, los niveles de percepción, significación, bioinformación, vinculación de los signos, imágenes culturales, mecanismos de conversión y reconversión de los textos icónicos y verbales.

La pedagogía semiótica asimila, a partir de los nuevos protocolos multimedia, aquellas posibilidades de productividad, textualidad, forma, conjunción y difusión de las imágenes. Pero también las mezclas icónicas y gráficas fijas o en movimiento. Lo cual implica un nivel de registro, información, sentido y producción orientada. El campo de apertura acepta, difunde, generaliza o particulariza los niveles de percepción y significación de los textos artísticos, las imágenes educativas y culturales.