Un pensador amueblado en sus ideas, un escritor premiado en varias ocasiones, un novelista que recreó la memoria de la tiranía para que no se olvidara y también la cotidianidad de la ciudad de Santo Domingo para visibilizar sus personajes y vericuetos de sus calles y sitio de andanzas de sus tradiciones, un cuentista que nos creó ficciones con estilo y particularismo, arqueólogo que  se podría definir como el padre de la arqueología moderna dominicana por la profundidad, agudeza e imaginación de sus escritos convertidos rápidamente en libros de consulta de especialistas y estudiosos del Caribe y la isla de Santo Domingo prehispánico, historiador, poeta, sociólogo, antropólogo, Maestro de generaciones, ensayista de múltiples miradas y educador, analista de coyunturas sociales, todo eso se concentró en la figura intelectual de Marcio Veloz Maggiolo, que se nos marcha de este mundo para situarse en el Olimpo de los sabios.

Carlos Andújar Persinal, Marcio Veloz Maggiolo y Glenis Tavares arqueóloga del Museo del Hombre Dominicano. Veloz Maggiolo fue el orador en una actividad del MHD, durante la gestión de Andújar Persinal, 2000-2004.

Contar la historia cultural y del mundo intelectual de los últimos 60 años de nuestro país no puede hacerse omitiendo a Marcio Veloz, sus ideas están plasmadas en muchas de las instituciones por donde pasó, sus escritos, meditaciones polémicos enunciados son parte de la historia de las ideas de la contemporaneidad dominicana y la bibliografía de su erudito pensamiento, pulula por rincones de libros, bibliotecas, librerías y espacios de lectura como la verdolaga, pues sus ideas eran eso, punto de partida para el pensamiento, el debate, la reflexión crítica y la creación de un pensamiento nacional que fuera a la vez que original en la manera de concebir y armar sus estructuras de pensamiento traducidas en sus diferentes escritos, también eran al mismo tiempo, un desafío para la problematización o simplemente un solas momento para el disfrute de una escritura bien hecha, bien conceptualizada, bien pensada y bien expuesta con más de 30  0bras publicadas y reimpresas.

Leer a Marcio Veloz Maggiolo en cualquiera de sus destrezas y diversidad temática, era una invitación a la frescura de la buena lectura que nos produce una obra escrita para la alimentación del alma y del intelecto, sus capacidades múltiples y con los dominios de los diferentes géneros abordados, son las razones de su erudición. Marcio no escribió para el deleite simple del entretenimiento fugaz, lo hizo para convocarnos a pensar, a complejizar la realidad, a romper paradigmas como frecuentemente lo hizo en arqueología o en las complicadas visiones sobre la dominicanidad y de su necesaria valoración del mestizaje como eje explicativo de la diversidad dominicana.

Historiador de lo cotidiano Marcio se preocupó por detalles de la vida de la ciudad de Santo Domingo y muchas de sus novelas recuperaron del olvido la memoria y el pasado de la capital donde vivió una infancia nutrida por una familia de escritores como lo fue su padre, Francisco Veloz Molina,  y que en esas novelas, no solo se cuenta  y se recrea una cotidianidad de la ciudad, sino deslizó Marcio también una mirada del mundo político de la época y del régimen de Trujill, a quien dedicó una parte de sus escritos literarios.

Su perdida es sin dudas un vacío en la intelectualidad dominicana hoy frágilmente fragmentada por la dispersión que el propio poder político produce en sus figuras claves y que Marcio jugaba un papel determinante en la unificación del pensamiento intelectual dominicano por el respeto y admiración de la comunidad intelectual hacia su imagen y figura académica. Como promotor de espacios dialógicos y de debate, Marcio era ente que nucleaba y su figura siempre valorada en el mundo intelectual lo convertían en una especie de gurú entre quienes han hecho de la escritura y el trabajo intelectual, un oficio.

Académico por excelencia, su presencia en la Academia de Ciencias de la RD, la Academia Dominicana de la Lengua y de la Academia Dominicana de la Historia, era obligatoria, contribuyendo con sus opiniones a dar calidad a los documentos, debates y las ideas más preclaras siendo parte constitutiva y esencial de estas academias, como lo fue de la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde dirigió importantes instancias académicas como el Instituto Dominicano de investigaciones Antropológicas y otras dependencias de la más vieja universidad del Nuevo Mundo.

Escritor, profesor y Maestro de generaciones enteras de profesionales, gestor, consultor nacional e internacional, asesor, diplomático, investigador intenso, funcionario público en varias ocasiones, curador de colecciones arqueológicas como las del Museo del Hombre Dominicano y la del Centro Cultural Eduardo León Jimenes, entre otras, fue su gran trayectoria. Premiado y laureado por academias e instituciones culturales nacionales e internacionales, articulista de prensa toda su vida intelectual, promotor de proyectos culturales indispensables para el ordenamiento de la vida cultural institucional dominicana, Marcio Veloz Maggiolo ha sido sin dudas uno de los más grandes intelectuales de la modernidad dominicana.

Su salida del escenario del pensamiento, las ideas y el mundo académico y de las ciencias sociales, sin dudas es una  irreparable ausencia, un desafío a las nuevas generaciones a seguir su obra y calidad como académico y hombre de letras; y a la comunidad intelectual dominicana e internacional, de estudiar y seguir aprovechando sus ideas, la estructura rigurosa de su pensamiento para alimentarnos de su sapiencia, de sus aportes y reflexiones, pues a los grandes como Marcio Veloz Maggiolo solo se le honra continuando su legado intelectual y la calidad de sus ideas. Paz y descanso eterno amigo, yo seguiré siendo tu discípulo.