Cuando Hugo Chávez asume la Presidencia por primera vez en el año 1999 algo empezó a desencajar en América Latina. Su liderazgo rápidamente empezó a calar y el contagio hizo que en otros países empezaran a surgir líderes con ideas socialistas.

Países como Bolivia, Ecuador, Argentina, Perú, Brasil, entre otros eligieron presidentes con orientación socialista. Esto hizo desencadenar lo que he llamado la Segunda Guerra Fría. Cantidades de personas empezaron a teorizar sobre el atraso que representaba el comunismo y puedo mencionar varios ejemplos: Gloria Álvarez quien centraría su crítica en desmeritar lo que ha llamado el liderazgo populista y en pontificar las bondades del capitalismo y sus afamados crecimiento y estabilidad macroeconómicas.

Carlos Alberto Montaner un periodista cubano que ha centrado su reflexión en el atraso de los sistemas comunistas, más recientemente Jaime Bayli, un chileno empecinado con Venezuela y ahora se les une Agustín Laje quien ha aprovechado un encuentro realizado entre las Iglesias Cristianas cuyas conclusiones se encuentran en un documento conocido como la Declaración de Manhattan (les invito a buscarlo) y empieza esta lucha contra lo que ellos han llamado Ideología de Género que atenta contra la familia y el cristianismo para desarrollar toda una teoría en contra de la perspectiva de género.

Laje acusará a los gobiernos de izquierda de ser los principales impulsadores de la ideología de género, el aborto y el matrimonio gay. Pero de todos, el más influyente, aunque quizás menos conocido es un señor llamado Steve Bannon, asesor y estratega de Donald Trump y Jair Bolsonaro en Brasil. Bannon va a promover un pensamiento radicalmente anti migrante, nacionalista y populista de derecha.

Con Bannon ha regresado la radicalidad de los nacionalismos, los movimientos racistas que, como el KKK, causaron tantos estragos a la sociedad. Ha ido esparciendo por toda Europa y el mundo el peligro que significan los migrantes y el atentado que representa la izquierda. Para ello ha creado una fundación y empezó con sectores conservadores del Vaticano una propuesta para la formación de nuevos líderes políticos con esta visión que encarna Donald Trump, Bolsonaro, Rodrigo Duterte, entre otros.

Lo que estamos viendo es la lucha entre dos agendas. Una que la promueven sectores de ultraderecha que acusan a la ONU y otros organismos internacionales de impulsar una agenda que promueve la expansión de los grupos LGBT y el aborto condensado en la mal llamada ideología de género y la agenda de los organismos internacionales que actúan en pro de los Derechos Humanos.

El pensamiento ultra derechista ha encontrado eco en los grupos cristianos y conservadores que pese a acusar a los gobiernos de izquierda de una serie de improperios realmente quienes la promueven son ellos porque si miramos cuáles han sido los países que han aprobado el aborto, el matrimonio entre gays y lesbianas, los que luchan por el derecho de los grupos LGBT y demás acusaciones son países que nada tienen que ver con el socialismo.

Continuaremos con el tema en la próxima semana.