Mi compadre y mejor amigo Miguel Guerrero, en un excelente análisis como nos tiene acostumbrado sobre cualquier tema nacional, aborda la crisis del PLD atribuyéndola a un solo motivo, la negativa de Leonel Fernandez a reconocer que ha perdido su liderazgo de manos del poder de turno.

Dice Miguel que Leonel defiende su propia supervivencia, a la que el tiempo le ha fijado fecha de expiración, y esto me trae a la memoria otro episodio en el que tanto Leonel como Danilo fueron protagonistas, las elecciones de 1996. Resulta que en esas elecciones el presidente Joaquín Balaguer estaba impedido constitucionalmente de participar, y no obstante tener los mecanismos y la mayoría congresional para modificar la Carta Magna y poder repostularse, Balaguer optó por respetar el impedimento pero busco la manera de mantenerse vigente pues como viejo zorro de la política, sabia que el poder conquista muchas voluntades y que si usaba su enorme liderazgo para hacer presidente al candidato de su partido, mi amigo Jacinto Peynado, su retiro seria ipso facto.

Esa acción de Balaguer, de apoyar a Leonel en perjuicio de su propio partido, sello el destino del PRSC e imposibilito que la Republica tuviera un gran presidente como sin lugar a dudas hubiera sido Peynado. En cambio, nos lego en el poder a un partido corrupto, inepto e inmoral, que no respeta reglas y que se ha convertido en una corporación mafiosa, pero conservó su liderazgo e influencia hasta su muerte.

He aquí el dilema de Leonel, o cede su liderazgo pacíficamente y se auto condena al retiro o actúa para vencer los designios del tiempo a los que Miguel le ha puesto fecha del 2016 como limite de su liderazgo y supervivencia política. Hoy, para Leonel, el 1996 debe servirle de ejemplo y actuar como lo hizo Balaguer si quiere vencer al tiempo y mantener su liderazgo e influencia mas allá de las próximas elecciones.

Pero creo que también a Miguel le ha faltado el otro motivo de la crisis morada, la ambición y falta de palabra del presidente Danilo Medina, quien en diferentes foros repetía como papagayo que solo quería cuatro años, que estaba en contra de la reelección y que no intentaría volver ni siquiera diferido como contempla la actual Constitución.

La crisis del PLD es una conjunción de factores, todos perjudiciales para la Republica; ambición, poder, recursos económicos y vigencia de dos camarillas que solo procuran su bienestar y que no tienen barreras en pos de sus propósitos, aunque  arrastren al país en sus disputas.