La República Dominicana está pasando por un período de crisis en los partidos políticos. Es común escuchar en los diferentes medios que no hay una oposición al gobierno o al partido que lo ostenta o que ésta está dispersa y desorganizada. Quiérase o no, un sistema de partido único es el que impera en estos momentos en el país.
Sin duda alguna el PLD retendrá el poder en el 2016, sea con el que está o con el que estuvo u otro que pongan como candidato, con cualquiera gana. Si bien es cierto que el PLD ha sabido cómo se gana y se retiene el poder en todos los ámbitos, no es menos cierto que la ausencia de una organización u organismo que sirva de contrapeso le ha allanado y despejado el camino, facilitándole todo en los últimos y en los venideros torneos electorales.
El desorden intrapartidista es tal, que teniendo –supuestamente- sus respectivas secretarías y departamentos, no se escucha que fijen posiciones ni a favor ni en contra sobre las políticas que se llevan a cabo en los diferentes ministerios. Son muchos los problemas y anomalías que se presentan en salud, educación, deportes, cultura, juventud, mujer, planes sociales, servicio exterior, medio ambiente, agricultura, por citar algunos. Hace falta el trabajo de las diferentes comisiones en los partidos con personas que conozcan y tomen las nóminas de los diferentes ministerios e identifiquen las personas que siguen cobrando y no trabajan, las famosas botellas, que aún son muchas.
No vale la pena ni siquiera mencionar los nombres o siglas de los partidos que se encuentran fuera del poder porque ninguno está haciendo lo que debe. Uno está secuestrado por un grupo. Otro no termina de cuajar, quiere un nuevo nombre, pero no se lo quieren dar. Está el que había hecho una alianza con partido de gobierno y ha dicho ir solo en la próxima contienda, pero se ha conformado –de seguro seguirá así- con las sobras después de haber tenido el pastel completo. Hay uno que busca el reconocimiento, pero sólo está enfocado en una posición, la presidencial, olvidándose de todo lo demás. Los pequeños sólo salen seis meses antes de las elecciones.
Mientras sigan así todos los partidos políticos, con o sin fábrica de presidentes, el PLD continuará en el poder.