“…a raíz de esta amenaza el país tiene la oportunidad de convertirse en líder mundial y modelo del desarrollo sostenible ante el cambio climático.”
Por la impenitente (e impertinente) insistencia en acusar al diplomático estadounidense de promover su agenda “oculta” de la homosexualidad y de entrometerse en nuestra vida doméstica, los dominicanos hemos soslayado valiosos comentarios y consejos sobre las oportunidades de negocios en la conferencia del Embajador Brewster ante AMCHAMDR en ocasión del Día de Acción de Gracias. Entre ellos, ninguno de mayor impacto y relevancia que su llamado sobre la oportunidad de invertir en la sostenibilidad ambiental y convertirnos en “líder mundial y modelo del desarrollo sostenible ante el cambio climático.”
En su apasionada alerta al empresariado, el Embajador Brewster mezcla datos generales con impresiones de su vivencia personal en el país para motivar su propuesta:
“Una última área de oportunidad donde los negocios dominicanos pueden florecer se refiere a la sostenibilidad ambiental. La República Dominicana es el país número ocho del mundo vulnerable ante el cambio climático. Las inversiones económicas y empleos asociados por la zona costera se ven amenazados como consecuencia de la subida en el nivel del mar, tormentas, destrucción de arrecifes, y cambios meteorológicos que amenazan la producción agrícola y el turismo, y aumenta la probabilidad de inundaciones y deslizamientos. A principios de este mes yo me reuní con productores de café en Jarabacoa y Moca, quienes me informaron que la amenaza del cambio climático es real e inmediata. Sin embargo, a raíz de esta amenaza el país tiene la oportunidad de convertirse en líder mundial y modelo del desarrollo sostenible ante el cambio climático. Apenas la semana pasada yo firmé un memorándum de entendimiento con los síndicos de Santo Domingo, Las Terrenas, Santiago, y San Pedro de Macorís para suministrar 21 millones de dólares en financiamiento para combatir el cambio climático.
Yo les exhorto a Ustedes a que inviertan desde temprano en negocios sostenibles y amigables al ambiente, a convertirse en líderes de la región, y a aprovechar industrias emergentes a la vez de ayudar simultáneamente a salvar nuestro planeta. Y también les invito a trabajar juntos a medida que exploren estas nuevas oportunidades en la energía verde, que aprendan de sus colegas comerciales y que compartan información y conocimientos. Esto no se trata solamente de ustedes y de sus cuentas bancarias, se trata de darles a sus hijos y nietos un planeta en que vivir!”

Al igual que con los otros componentes del discurso, el señalamiento sobre la energía verde no es solo la opinión personal de Wally, sino una destacada política de estado de la nación norteamericana bajo el liderazgo del Presidente Obama. Esto quedó bien evidenciado cuando la visita al país del Vicepresidente Joe Biden en junio 2014, siendo la única parada oficial en su agenda- además de las de rigor en el Palacio Nacional y en las nuevas instalaciones de la embajada estadounidense en Santo Domingo- en una empresa privada que ha optado por generar energía solar para su propio consumo y alimentar la red, destacando en su mensaje la importancia de las energías renovables para la región caribeña, el papel de los empresarios en intensificar el proceso de conversión del parque energético a fuentes renovables, y el apoyo de EEUU a la energía verde.
Sin embargo, al otro día de la comparecencia del Embajador Brewster en la Cámara Americana de Comercio, leímos las quejas de la Asociación de Empresas de Eficiencia Energética y Energía Renovable (ASEEFEER) y varios grupos ambientalistas sobre la falta de alineamiento de algunos funcionarios con el compromiso anunciado pocos días después en Paris por el Presidente Medina de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% en los próximos 15 años. La denuncia habla de un “veto” de los funcionarios públicos a los incentivos a las energías renovables sustentados en las negociaciones del Pacto Eléctrico. Posteriormente esa información fue desmentida o aclarada por el Ministro de Minas y Energía, después de que la denuncia inicial de ASEEFEER también fuera respaldada por el CONEP.*
Pero poco después la Asociación para el Fomento de las Energías Renovables (ASOFER) en comunicado público también “acusó a la Comisión Nacional de Energía (CNE) de estar ‘saboteando’ el desarrollo de este sector, al ‘obstaculizar casos pendientes por su aprobación en la ‘medición neta’ y proponer cambios ‘devastadores’ en la normativa sectorial,” según reportó el diario digital Acento.com el 6 de diciembre.** En pocas palabras alegan los inversionistas en energías renovables que funcionarios del estado- quizás con agenda oculta- están boicoteando acuerdos en ciernes en las discusiones sobre el Pacto Eléctrico, al margen de los compromisos nacionales en el Acuerdo de Paris. Específicamente ASOFER denuncia que la propuesta del organismo estatal pretende:
1) Impedir que una familia o negocio pueda abastecer su consumo energético con energía limpia, limitando el tamaño del sistema solar que pueda instalar.
2) Cobrar un peaje por la conexión a la red, con un monto indeterminado.
3) Devaluar el valor de la energía producida por el particular y entregada a la distribuidora, minuto a minuto, con lo que minimiza beneficios.
4) Prohibir que una empresa o familia produzca energía en un techo propio en una localidad distinta al consumo, en caso de no tener techo en el punto de consumo.
5) Violar los derechos adquiridos de los actuales usuarios de los sistemas renovables con un periodo de gracia indeterminado.
Una cosa es el Presidente Medina en Paris haciendo ambiciosos compromisos para combatir el calentamiento global, y otra sus funcionarios en Santo Domingo poniendo en peligro cualquier intento de convertirnos en líder regional o mundial en la conversión a energías verdes. Dejemos las rebatiñas, trabajemos en equipo, y aprovechemos la oportunidad que el Vicepresidente Biden y el Embajador Brewster nos señalan de ser líderes en el Caribe y Centroamérica en la lucha contra el cambio climático y un modelo de desarrollo sostenible.
No podemos contentarnos con el vigoroso crecimiento económico que hemos alcanzado en las últimas décadas; debemos velar por que el desarrollo de la actividad económica sea ambientalmente sostenible. El campo del desarrollo ecológicamente sano brinda amplias oportunidades de inversión y negocios rentables, sobre todo en las energías renovables. Para ello se necesita un marco legal estable y los incentivos adecuados para atraer e incrementar la inversión en energías verdes, y esas condiciones no pueden esperar sobre todo ahora ante el impulso del Acuerdo de Paris. Las oportunidades las pintan calvas, y hay que agarrarlas por los cabellos…
*Ver denuncias y desmentido en orden cronológico: http://acento.com.do/2015/economia/8304588-conep-censura-gobierno-bloquee-restitucion-incentivos-a-energias-renovables/
http://hoy.com.do/gobierno-desmiente-al-conep-sobre-veto-incentivos/