En su programa de televisión el comunicador y reconocido analista Dr. Julio Hazim aseveró que la unidad de la oposición y la crisis sanitaria, social y económica creada por la pandemia de la COVID-19 imposibilitaría una reelección del presidente Luis Abinader.
La dilatada carrera, experiencia, pragmatismo, más la capacidad asertiva del Dr. Hazim, pocos han de dudar, pero tenemos que ver si el comportamiento o la mentalidad electoral de la población ha cambiado o si se mantiene los ancestrales criterios idiosincráticos de los dominicanos, porque si estamos ante un cambio de pensamiento del elector es posible que la repostulacion del inquilino del palacio tenga asidero más allá o si se mantiene la voluntad electoral histórica de nuestros ciudadanos, entonces como expresa el Dr. Hazim la posibilidad de la vuelta al poder en el 2024 de la oposición podría hacerse realidad.
No importa los colores, las opiniones sesgadas ni el fanatismo de los comprometidos con las causas partidarias frente a la diversidad de opiniones que se tenga sobre este tema, lo que está más que claro es que estamos ante un hecho real, y es que en el imaginario popular la unidad opositora se la pondría muy difícil a cualquier proyecto oficialista, partiendo del hecho que el electorado como ha sido siempre, sume símbolos y dirigencias más la percepción de los tradicionales analistas que evalúan en base a resultados y precedentes en anteriores procesos electorales, ello así porque cuando se ha unido la oposición, ésta ha obtenido una victoria segura cuando se ha dividido casi siempre ha ganado el gobierno.
Si en las elecciones del 1990 se hubiese concretado un acuerdo entre Bosch, Peña Gómez y Majluta, esta coalición hubiese barrido en la contienda electoral de ese año pero, la división hizo que por la mínima se quedara el Dr. Balaguer. En el 1994 aunque el Dr. Peña Gómez, mi padre, fue víctima de un fraude colosal comprobado por organismos internacionales, si éste se hubiese arribado en un acuerdo con Bosch y Jacobo, ni el fraude hubiese impedido la victoria opositora.
En el 1996, Peña Gómez pudo resistir los embates, aunque le derrotaran de una inusual alianza la del gobierno, apoyando a un sector de la oposición en este caso al PLD, aunque la diferencia fue por la mínima, la percepción de la alianza afecto en la segunda vuelta electoral al perredeísmo opositor.
Los votos divididos en el 2000 del PRD y el PRSC oposición en ese entonces, eran una mayoría absoluta pero, las causas de la victoria del PLD en el 2004 hay que buscarla en los gravísimos errores de la gestión de Hipólito Mejía, lo que posibilitó que se mantuviera la preeminencia del leonelismo hasta el 2012, solo la percepción de división de las dos fuerzas perredeístas de entonces le abrió paso a una tercera victoria del PLD, con Danilo Medina a la cabeza, si se hubiese hecho un gran acuerdo Hipólito-Miguel Vargas Maldonado-Luis Abinader, no lo duden hubiesen sacado del poder al peledeísmo gobernante desde el 2012.
Aunque la obra de Danilo Medina en su primer cuatrienio 2012-2016 fue muy bien valorada por la población, gracias a la gran inversión social realizada, además, de que la división del PRD con la formación del PRM lo sacó de la contienda comicial permitiendo a Danilo ser el candidato presidencial más votado de la historia electoral en democracia.
Aunque no se puede negar que existía un gran cuestionamiento al PLD, un natural cansancio o hastío de la población, sin embargo lo que está más que claro que al peledeísmo lo sacó del poder realmente fue la división, porque aunque Luis Abinader amenazaba el poderío morado, el criterio popular y masificado de la invencibilidad del PLD en unidad monolítica, lo hubiera dejado en el poder, de eso hasta los más acuciosos analistas no le cabe duda, la división abrió un hoyo por el que hizo aguas el acorazado morado.
Volviendo a la opinión vertida por el Dr. Julio Hazim visto los apretados resultados del 2020 obtenidos por el PRM y aliados de solo un 52%, pese a la división de los morados, le hace entender que una alianza opositora para el 2024 de los divididos en el 2020 le imposibilitaría una reelección al presidente Abinader, a esto le suma el hecho de que nadie que ha gobernado con la crisis del Covid-19 se ha podido reelegir hasta ahora en ninguna parte del mundo, visto así parece que los argumentos de tan reconocido comunicador no tienen desperdicios.
Claro está como en política 2+2 no siempre es 4, lo natural, es que el oficialismo juegue a dos cosas, la primera a evitar la unidad total de las fuerzas opositora tratando de crear las condiciones para evitar que está se materialice; y la segunda sería ante la imposibilidad de evitar la constitución de dicha alianza, sería la de una estrategia alternativa la profundización del desprestigio de los morados a través de la persecución a la corrupción, a fin de que sea tal el daño a la marca PLD, por los múltiples, grandes y gravísimos casos de corrupción que las fuerzas de oposición light o intermedia como el caso de la Fuerza del Pueblo, tenga el temor de que una alianza directa en primera vuelta afectase su posicionamiento electoral ante la sociedad y queriendo evitar el contagio de la onda expansiva de la contaminación radioactiva del desprestigio y la mala imagen peledeísta y que esto termine con restarle una apreciable cantidad de votos.
Claro está, esa segunda opción por parte del proyecto reeleccionista tiene que ir acompañada de la unidad monolítica del PRM con el gobierno, e inocular en la psiquis de la población la imposibilidad real de ganar dividida la oposición las elecciones para que así el oficialismo pudiese ganar en primera vuelta, porque de no lograrlo el peligro estaría latente, ya que si las fuerzas dispersas de la oposición suman más votos y obligan una segunda vuelta el que clasifique para competir con la candidatura presidencial gubernamental tendría una altísima posibilidad de que con algunas ofertas o acuerdos a la opción descartada en la primera vuelta, le apoyase masivamente en la segunda, y en ese escenario desalojarían a los actuales inquilinos de la mansión de Gazcue, porque no es de dudar que en las próximas elecciones la reelección tendrá que apuntar muy bien la mira, puesto que solo tendrá al parecer un solo tiro y aunque opacada la oposición tendría dos, claro está, esa es mi personal apreciación, producto de los escenarios electorales anteriores.