… pues, según mi apreciación, el mayor éxito del gobierno del PLD es sin lugar a dudas, la institucionalización y afianzamiento definitivo del servicio de meteorología nacional, ONAMET y del COE, el servicio de emergencias: dos organismos que aprendieron a complementarse, a delimitar sus espacios de intervención, a unificar su discurso y a respetarse. Estas dos instituciones se unen, como una sola, en caso de necesidad, casi siempre por culpa de evento climático que amenaza el país, su población y sus recursos o bienes materiales y nos dan, la sensación de confiabilidad, de seriedad y de seguridad, que nunca antes, había tenido el pueblo dominicano.
Gracias a la cohesión conseguida, la disciplina y el respeto a las jerarquías y responsabilidades bien definidas de estas instituciones, la población ha conseguido construirse dos organismos de seguridad, de apoyo y protección de gran fiabilidad. Y gracias a esa coherencia tanto en la previsión como durante el desarrollo del evento climático, se ha logrado convertir el paso de un ciclón en una hazaña colectiva donde el resultado es obra de todos, donde la sensación, al final, es de haber pasado una prueba donde los rescatistas y la población, salen vencedores de una Naturaleza que nos lanza desafíos y nos reta.
Al COE se le atribuye haber reducido las muertes por su sacrificio y su permanencia en los lugares de siniestro hasta el final con recursos limitados e insuficientes, en cuanto al Estado siempre se evidencia sus limitaciones y restricciones presupuestarias en la dotación de servicios e infraestructuras de calidad, la falta de ordenamiento territorial y la impotencia de los ayuntamientos. Para llegar a la eficiencia de esas dos entidades, el país sufrió muertes, damnificados, destrucciones, daños ecológicos y graves daños económicos a sus infraestructuras, por eso, el COE es patrimonio nacional.
En cuanto a ONAMET –sobre todo luego del ciclón George y de las tormentas OLGA y NOEL donde la gestión fue criticada, por ineficiente- logro afianzarse con una profesionalización que pocos ponen en dudas hoy: el seguimiento a los fenómenos atmosféricos es inmediato y constante hasta su cercanía, los avisos de tormentas o ciclones se difunden por radio y televisión y más positivo aun, la ciudadanía los escucha, los replica y se prepara con tiempo. Es decir que ONAMET desde la formación de vientos de convección a lo largo de las Islas de Cabo Verde, -costa oeste de África tropical- ya nos avisa de un POSIBLE evento climático, porque desde algunos años, atrás, no hay un evento climático más predecible que una tormenta tropical o un ciclón a partir de oficinas nacionales de meteorología que cuentan con redes de informaciones tentaculares y responsables, entre los países de la zona intertropical del planeta. Estas socializan las alertas y avisos de eventos en el Pacifico, en el Mar Caribe y en el Atlántico para evitar esas destrucciones catastróficas, que asustan a las aseguradoras.
Lo que ayudaría mucho a ONAMET, es sin lugar a dudas, una mejor enseñanza de la geografía en los pensa (pensums) de primaria y secundaria del país, porque el clima y los micro climas – son parte integrante de los estudios de geografía y la climatología constituye –hoy- uno de los saberes más necesarios, para el desenvolvimiento de la ciudadanía del país (mas con el cambio climático que provoca eventos sorpresivos, impredecibles y violentos) .
Hoy la cultura meteorológica es imprescindible, para la población mundial. No basta bajar una aplicación a nuestro móvil o celular, sobre clima, para hablar sobre ello…. hay que saber leer e interpretar los datos que nos transmite el movil, hay que entender – sin exagerarlas, ni despreciarlas – las predicciones del meteorólogo/a, ese profesional especializado en esa disciplina (físicos, geógrafos o periodistas especialzados), que nos explica en su yerga, lo que sucede en términos de clima. Hoy es fundamental que alguien en las familias, comprenda lo que son los conceptos de: 1. latitud, 2. altitud, 3. distancia al mar, 4. relieve terrestre: la insolación (vertientes de solana y umbría) los vientos (vertientes Sotavento y Barlovento), las brisas marinas y 5. las corrientes marinas. Estos factores son los que producen: 1. temperatura atmosférica, 2. presión atmosférica, 3. Las brisas o vientos, 4.la humedad y 5. Las precipitaciones.
Las nuevas generaciones deben dominar esas nociones, recordarlas cada vez que un meteorólogo las mencionan en la televisión frente a un mapa (o en la radio pero esta es, menos pedagógica).
Lo que ONAMET debería mejorar, – spn unos de los hándicaps de estos espacios informativos- son:
- 1º el poco tiempo que el espectador/a "aguanta" prestando atención a la pantalla de la televisión. Los anuncios meteorológicos deben ser atractivos y científicos a la vez e inducir a la responsabilidad colectiva, nacional,( -no atender mi ciudad sino lo que ocurre en todo el país). El mapa que se presenta, tanto en las televisiones como en la prensa o en Internet, sirve para acompañar a la explicación, no para sustituirla, pero debe ser el apoyo pedagógico a los anuncios sobre lugares de calor, de lluvia, de vientos, de sequía o de inundaciones. Hay que tener en cuenta que resulta difícil sintetizar la situación prevista en una amplia zona para todo un día en un mapa, de ahí que los comentarios del comunicador/a sean, la mayoría de las veces, no solo necesarios, sino que deben llamar la atención y retener las personas frente al televisor hasta el final de la predicción.
- y 2º el lenguaje usado para referirse al evento climático en llegar y la formación de los periodistas especializados en la difusión de ese saber meteorológico. Los términos utilizados deben ser entendidos por todos los habitantes de Dominicana, tomando en cuenta, el nivel promedio de cultura y educación (en lugar de islas Sotavento hablar de Antillas menores, etc. Algunas definiciones y la terminología propia de la materia son, a menudo, demasiado técnicas e "incómodas" para que puedan entenderse por el gran público con facilidad por eso, algunos presentadores/as del tiempo adecuan el pronóstico a su estilo propio con el fin de hacer el espacio del tiempo más ameno y más personal (generalmente ocurre en las televisiones), entonces nos podemos encontrar ante un problema de pérdida parcial o tergiversación de la información original. Hay que encontrar el lenguaje adecuado, atractivo y pedagógico pero no variar el significado o el mensaje original científico, preciso, universal, y eso es una tarea difícil que ONAMET debe conseguir. Lo ideal es usar un lenguaje científico propio y unívoco, en el que cada término tenga un único significado –en televisión y radio – conjuntamente con una “adaptación” para este mismo lenguaje -sin desvirtuar el contenido científico del pronóstico-, para su comprensión generalizada: es decir, que la jerga meteorológica debe estar al alcance de todos.
Esa tarea pendiente, es la que dará a ONAMET la exclusividad de la información meteorológica como en el mundo entero, donde no se permite la incursión de improvisados, de amateurs o incluso de comediantes dando informaciones alegres sobre clima, sobre evento, dando al público receptor, o sensacionalismo, o informaciones exageradas en todos los casos, creando confusión y perplejidad por la multiplicidad o duplicidad de datos, o por las contradicciones que imprudentemente se pueden divulgar, específicamente en la radio. Es decir de la importancia de tener una ONAMET profesionalizada y con periodistas presentadores de informaciones meteorológicas, bien formados y con materiales pedagógicos actualizados. Ellos son los profesionales que nos deben informar diariamente sobre clima, sus variaciones y previsiones de mediano plazo, sin permitir la interferencia de personas ajenas a la profesión y a esa responsabilidad, por la confusión que crean al dar informaciones, a veces, innecesarias sobre procesos complicados o al manejar un lenguaje no apropiado frente a la situación de espera y de incertidumbre de la Nación.
Por todas esas razones y muchas más, el mayor logro del gobierno del PLD, es ONAMET y el COE, instituciones que se preocupan por salvar vidas cuando el mal tiempo nos enseña, a pesar de sus esfuerzos, los penosos refajos de la Nación.