El impacto de la pandemia COVID19 variará de un país a otro y lo más probable es que aumenten la pobreza y las desigualdades a escala mundial, haciendo que el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sea aún más urgente. Sin una pronta y efectiva respuesta socioeconómica, el sufrimiento global se intensificará, poniendo en peligro millones de vidas y medios de subsistencia en los años por venir. Las respuestas inmediatas ante esta crisis deben llevarse a cabo con una visión de futuro aplicando políticas sostenibles e inclusivas y no simplemente de carácter remedial. La trayectoria del desarrollo a largo plazo se verá afectada por las decisiones que se tomen ahora y el apoyo que reciban por parte de la sociedad en su conjunto.
Naciones Unidas ha puesto a disposición de los Estados un marco de respuesta inmediata que proporciona una estrategia para la respuesta socioeconómica, siguiendo los lineamientos expuestos por el Secretario General para mitigar los impactos ante la COVID19. Esta es una oferta de desarrollo para ser implementada con el apoyo del Sistema de Naciones Unidas en el país, bajo el liderazgo general del Coordinador Residente, el liderazgo técnico del PNUD, el trabajo integral de las agencias especializadas, fondos y programas residentes y no residentes en el país, así como la acción complementaria de la CEPAL en materia económica, como la relacionada con deuda externa, comercio y otras dimensiones macroeconómicas. De igual manera es complementaria a la respuesta humanitaria y la respuesta sanitaria liderada técnicamente por la OPS/OMS en el país.
Durante esta crisis, nuestra organización está enfocada, ahora más que nunca, en preservar la Agenda 2030 y acelerar los resultados previstos en los ODS, sin dejar a nadie atrás. Los retrasos existentes en la consecución de los ODS antes de la emergencia sanitaria hacen que muchos países sean aún más vulnerables ante esta crisis. La pandemia está exponiendo las fragilidades estructurales, que de no ser así, habrían atenuado el impacto sanitario y socioeconómico mediante respuestas de desarrollo más rápidas, efectivas e integrales.
La COVID19 está exacerbando y profundizando las desigualdades preexistentes, exponiendo vulnerabilidades en los sistemas sociales, económicos y ambientales, que a su vez amplifican los impactos de la pandemia. La más aguda de estas desigualdades es la que golpea a las mujeres y a las niñas.
La pandemia es también un recordatorio de la relación intrínseca entre seres humanos, la naturaleza y el medio ambiente. La cadena de transmisión de enfermedades, como la COVID19, de animales a humanos, nos alerta sobre la medida en que la alteración sobre las relaciones simbióticas entre la naturaleza y los seres humanos puede generar consecuencias perjudiciales inconmensurables.
Naciones Unidas, por lo tanto, tiene un doble imperativo. Debe responder urgentemente para contribuir a minimizar los diversos impactos, y debe hacerlo ayudando al gobierno y la sociedad dominicana a responder de una manera que cimiente un futuro mejor. Pero es el Estado y los actores nacionales quienes conducen la respuesta. La rapidez con que se responda es esencial y la forma en que aceleramos nuestra oferta de apoyo al desarrollo del país debe ser coherente con los principios que sustentan el llamado global del Secretario General: “las respuestas deben apuntar a proteger a las personas y al planeta; preservar los logros en todos los ODS; asegurar la igualdad; promover la transparencia, la rendición de cuentas y la colaboración; aumentar la solidaridad; y colocar la voz, los derechos y la agencia de las personas en el centro de las acciones”.
Ofrecemos al país nuestro sólido enfoque normativo, conocimiento acumulado, activos programáticos, capacidad analítica y experiencia global para apoyar al país en la recuperación socioeconómica, respondiendo a las prioridades de desarrollado planteadas en la Estrategia Nacional de Desarrollo y la Agenda 2030, así como a las nuevas prioridades de desarrollo originadas por esta crisis. Igualmente, ofrecemos nuestro rol de convocatoria, creación de alianzas, y acciones efectivas que permitan empoderar a las personas más vulnerables, multiplicar su voz, conectarlas y protegerlas.
Planteamos por consiguiente una respuesta integral en cinco áreas estratégicas: i) asegurar que los servicios de salud esenciales estén siempre disponibles; ii) ayudar a las personas a enfrentar la adversidad, a través de la protección social y el accesos a los servicios básicos; iii) proteger los empleos, apoyar a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores del sector informal a través de programas de recuperación económica; iv) guiar el aumento necesario en estímulos fiscales y financieros para hacer que las políticas macroeconómicas respondan a los más vulnerables y fortalecer la respuesta multilateral; y v) promover la cohesión social e invertir en sistemas de respuesta y resiliencia liderados por las comunidades. Estas cinco áreas están conectadas por un fuerte imperativo de sostenibilidad ambiental e igualdad de género para garantizar una recuperación más integral.
Las medidas que el gobierno dominicano viene implementando bajo la orientación de la Comisión Presidencial de Alto Nivel para la Prevención y Control del Coronavirus, son esenciales para una respuesta efectiva contra la pandemia y requieren la respuesta y el compromiso de toda la sociedad, así como de los gobiernos locales, las comunidades y los actores productivos para transitar hacia una reactivación socioeconómica progresiva y controlada y hacia una recuperación socioeconómica inclusiva y sostenible.
Durante la desescalada de las medidas de protección y distanciamiento social y hasta que concluya esta emergencia sanitaria, la vieja normalidad será un asunto del pasado, porque detrás de esta crisis de salud hay una crisis humana, una crisis laboral y una crisis de desarrollo que afecta a toda la sociedad, pero especialmente a los más vulnerables. Se trata entonces de generar una respuesta socioeconómica que pueda acelerar y fortalecer, en lugar de debilitar, el desarrollo del país.
Las decisiones que se tomen día a día serán cruciales para avanzar hacia la realización de los ODS. Deseamos entonces que el país retome su rumbo hacia una nueva normalidad y con una visión de futuro: hacia un país que se desarrolla económica, social y ambientalmente de forma sostenida, promoviendo patrones de producción y consumo bajos en carbono y aumentando la resiliencia a los efectos del cambio climático y los desastres naturales; hacia una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades, sin privilegios y en la que toda la población tiene garantizada educación, salud y servicios básicos de calidad, y que combate la violencia de género; y hacia un país que avanza como un Estado social y democrático de derecho, con instituciones que actúan con ética, transparencia y eficacia al servicio de una sociedad responsable y participativa, que garantiza la seguridad y promueve la equidad en el marco de la Agenda 2030 y los ODS.
El autor es Coordinador Residente Sistema de Naciones Unidas, en la República Dominicana.