La mañana del fatídico 24 de septiembre, según los archivos norteamericanos por fin disponibles, Bosch mandó a buscar al embajador Bartlow Martin para decirle que Wessin, quien no aparecía, planeaba tumbarlo ese día y pidió que fuese alertado un portaaviones para que allí le fuese ofrecido un agasajo al Presidente dominicano, como prueba de apoyo. Martin envió esa solicitud.
A las 4:30 PM, todavía Wessin sin aparecer, Bosch pidió que el tiempo de llegada del portaaviones fuese reducido de doce a seis horas y a las 7:00 PM solicitó una reducción a solo seis horas. Pensaba reunir al Congreso al día siguiente para modificar la Constitución para poder prohibir los viajes a Cuba, lo que no permitía la liberal Constitución, y así complacer a los militares.
Por la noche tuvo lugar una recepción en honor de un Almirante americano, a la cual Wessin no acudió. Desde allí el Presidente fue a su residencia donde recibió a Martin. Salió hacia Palacio a las 10:30 PM pidiéndole al Embajador que fuese allí a las 11:30 PM.
Mientras tanto, Martin había recibido la siguiente respuesta de Washington: "En base a la información de sus telegramas y a la luz de sus continuos, vigorosos y apropiados esfuerzos, a través de un largo tiempo para persuadir a Bosch a que tome las medidas necesarias para gobernar efectivamente, y a la luz de la increíblemente pobre ejecutoria de Bosch hasta la fecha, lamentablemente concluimos que poco más podemos hacer nosotros para mantenerlo en su cargo contras las fuerzas que él mismo ha generado como oposición suya. También tomamos en cuenta los esfuerzos vigorosos por parte suya y miembros de su personal para mantener a los militares en línea, lo cual indudablemente ha ayudado a mantenerlo en el cargo todo este tiempo, pero no podemos constreñirlos indefinidamente en ausencia de una ejecutoria por parte de Bosch. Nos luce que Bosch en este momento crítico debe tomar aquellas acciones que estime necesarias para evitar ser removido por su propia gente. Las sugerencias que usted piensa hacerle lucen correctas, excepto que no deben estar ligadas a ningún acuerdo de parte nuestra… Como en principio estamos opuestos al uso de la fuerza militar norteamericana para intervenir, a no ser que exista una clara amenaza a la seguridad norteamericana, como por ejemplo, un control por parte de los commies (comunistas), no podemos tampoco contemplar bajo las circunstancias actuales un uso serio del portaaviones, o una amenaza implícita contra un golpe de Estado. También es nuestra consideración que evidencias de fuerzas son pocas veces efectivas en situaciones que han llegado tan lejos. Nos damos cuenta que Bosch puede reaccionar violentamente si está consciente de la no disposición de Estados Unidos de utilizar fuerza para apoyarlo, pero contamos con su tacto para hacerle llegar esto en forma diplomática".
En una reunión tarde en la noche del 24, los militares habían dicho a Bosch que no querían un golpe, sino que tomara acciones contra los comunistas. Bosch culpó a Wessin por el complot y pidió la reacción de los militares a su propuesta para sacarlo de las Fuerzas Armadas. La mayoría de los militares se negaron. El Gral. Viñas llamó al Gral. Luna quien también se negó, tanto a sacar a Wessin como a lograr que Bosch renunciara. A las 2:30 AM el Agregado Militar norteamericano reportó haber conversado con Wessin quien no derrocaría a Bosch esa noche, compromiso que también logró con Luna, pero poco después de Bosch terminar su reunión con los militares, estos se reunieron en las oficinas del Gral. Viñas donde decidieron que un golpe de Estado era mejor que la oferta que le había hecho Bosch de reunirse ante el Congreso y renunciar más tarde ese día.
Estados Unidos nunca trató de que Bosch volviese al poder, limitándose a no reconocer al Triunvirato y buscando un gobierno perredeísta alterno, pero, asesinado ya Kennedy, el gobierno de Lyndon Johnson reconocería al Triunvirato precisamente y al surgir en noviembre la guerrilla encabezada por Manolo Tavarez Justo.