La rectoría del sistema de planificación está asentada en la Ley 498-06 de Planificación e Inversión Pública y su reglamento, en la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo y en la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios. El órgano rector a nivel nacional corresponde al Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y a nivel municipal a la Oficina de Programación y Planificación de cada ayuntamiento. Estructuras, ambas, que están compelidas a coordinarse o en contrario se acarrean dispersiones, incoherencias e inconsistencias en el necesario alineamiento y operatividad de las estrategias de los únicos dos niveles de gobierno que hay en República Dominicana: Central y municipal.

Por su lado, el desarrollo eficiente, eficaz, pertinente y sostenible de los resultados por alcanzar en la coordinación de las políticas públicas en el territorio pasan por el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales y por el grado de desarrollo de la delegación de competencias por parte de MEPYD a las estructuras regionales existentes, sin las cuales es prácticamente imposible mantener el seguimiento cotidiano a la ejecución de los planes de desarrollo regionales, provinciales y municipales.

Otra facilidad de la desconcentración de la planificación territorial, urbana, municipal y regional está marcada por la operatividad y el alcance de las metas, objetivos e indicadores de la Estrategia Nacional de Desarrollo, la capitalización de recursos provenientes de la cooperación internacional, muchos en marcha y otros en discusión. Las apuestas por más de 100 territorios rurales por parte de la FAO, y los proyectos de la Cooperación Alemana y Andaluza, la JICA y el PMA ameritan el reforzamiento institucional de las oficinas regionales de MEPyD y sus derivaciones hacia la consolidación necesaria de la gestión de los planes de desarrollo municipales y la coordinación con el pilar societal de las comunidades.

La desconcentración del Gobierno central, de modo eficiente y respetuoso de las autonomías municipales, es necesario que sea relanzada con más recursos provenientes del Fondo de Cohesión Territorial, cuyas disponibilidades, actualmente, son mínimas y deberán sustancialmente ser incrementadas o en contrario perdería legimitidad de cara a unos municipios que han de recibir suficientes recursos como consecuencia de la alta centralización política, administrativa y financiera en que se ha envuelto el proceso de descentralización, el cual continúa siendo una quimera para República Dominicana

El país necesita más descentralización y más desconcentración. Lo primero expresado en recursos, competencias y poder de decisión; lo segundo expresado en más delegación de funciones en las regionales, cuyo número de 10 se reduciría hasta 5, supuestamente próximamente. Mas descentralización y más desconcentración permiten a la vez disponer de un Estado más funcional y de territorio con más desarrollo sostenible. La centralización capitalina de las funciones de un Ministerio, como el de Economía, Planificación y Desarrollo, es el camino expedito para perder el relacionamiento efectivo,  con resultados medibles y alcanzables por parte de las entidades públicas y de los actores sociales locales. Y también, una regionalización sin recursos y sin poder de decisión perdería sentido, pero no sólo las regionales sino también el organismo central.