(A las seis estimables alumnas del Babeque Secundaria)
He completado, después de unos meses de interrupción, la novela de Rita Indiana La Mucama de Omicunlé (Periférica, 2015). Es un libro que ha sido galardonado en varios premios internacionales por lo que su calidad como propuesta estética está probada. No me detendré en estos premios merecidos, lo que haré es comentar lo que a mi juicio constituye mi experiencia lectora de la obra.
Creo que es innecesario vocablos como “arrolladora” o “apabullante” con el que varios medios, entendidos en la materia, han calificado esta obra. No sigo esta tendencia de epítetos grandilocuentes que desmeritan lo que de por sí ya tiene méritos suficientes. La novela es excelente, para no ser rescatado en mi apreciación. Pero no la creo ni apabullante ni arrolladora para el lector dominicano que entiende sobre los tópicos comunes de nuestros imaginarios sociales. La propuesta estética de esta novela está bien formulada y desde el inicio hasta el final hay clara consciencia de lo que quiere la autora y un buen dominio de la tensión narrativa. Es una novela hecha con afán de quebrar no solo los rasgos formales de un tipo de arte novelística, en lo que se refiere a construcción de la trama, el desarrollo de los personajes y el desenvolvimiento temporal de las acciones y los conflictos. Esta novela es un juego narrativo que inquieta al lector y lo invita a reconstruir los hechos, a su propio riesgo, en una totalidad englobante de inicio, medio y fin. La novela sugiere un tema y lo desplaza constantemente por otros múltiples temas-tópicos comunes.
La propuesta estética de la Mucama de Omicunlé es una crítica férrea a lo que acostumbramos a llamar “idiosincrasia” de la sociedad dominicana; no solo de la élite dominicana, también del ciudadano común que ve el mundo, a los otros y a sí mismo a partir de lo adquirido acríticamente del medio en que se desenvuelve. Hay un afán de aquilatar lo dominicano desde el marco más general de lo caribeño que se nutre de los espacios religiosos y la afrodescendencia para ser formulado.
Si he de calificar la novela, el término más apropiado desde mi lectura es el de distopía. Como bien sabemos, una distopía es una sociedad imaginada, regularmente con mirada hacia al futuro y que en sí misma podemos considerarla indeseable, como no querida. En este sentido, lo que hace Rita Indiana magistralmente es imaginarnos en el futuro como país y como ciudadanos en el que los principales temores y fobias colectivas están caracterizados. Ahora bien, la nota distintiva es que esta proyección a futuro se hace también presente y tiene su origen más remoto en el pasado colonial de la isla.
Al final de la lectura nos queda la convicción de que hemos vivido al margen de la ley, bajo la presión de la imposición sobre el otro y haciendo un uso nefasto de los recursos naturales. Igualmente, se cumple en el universo de esta novela la vieja expresión criolla: “el dominicano compra candado cuando le roban”.
Por mi parte soy un lector de obras clásicas en las que los grandes temas humanos están presentes y se desarrollan desde un marco de valoración moral adoptado por el poeta, en tanto que dios-inventor de un universo narrativo. La novela de Rita Indiana me desplaza felizmente de este modo de hacer arte, hacia otro mundo más confuso e imbricado no solo temporalmente, también imaginativamente. En la novela, los tiempos y la vivencia de estos se entrecruzan, las artes se conectan y permiten entender la vida y esta última parece ser un reflejo grotesco de la imaginación desbordada del protagonista. Si se quiere, todos somos constructores poseídos por nuestro pasado y nuestros miedos en el presente serán los que erigirán nuestro futuro.
La novela de Rita Indiana es una joya estética que denuncia lo grotesco que podemos ser si seguimos transitando por el camino que se denuncia en la obra. Podemos construir esta distopía cargada de prejuicios raciales, de violencia hacia el otro, de falta de respeto hacia el medioambiente y, sobre todo, de este modo tan nuestro de proceder que es vivir al margen de la ley.