En lo personal estamos repletos de imperfecciones, como Blaise Pascal describe que el ser humano no es más que máscara, mentira e hipocresía. Vivimos engañándonos los unos a los otros. Y que por momento parece muy extraño que la verdad es mentira y a su vez la mentira es justamente aquello que a la vida social. Delante de la verdad la vida parecería insoportable, justamente porque la verdad es insoportable. ¿Será que esto fundamente (no justifique) las mentiras sobre la falsedad de elecciones como las de USA? ¿Esto aplica para el negacionismo, las teorías conspirativas y a los grupos anti-vacunas del covid-19?
En lo social, la mentira dio paso a las fake news en USA. Las fake news se valieron de youtube para sustentar la línea de Trump, inspiraron (e inspiran) a muchos mercenarios de las redes sociales para esparcir mentiras y odio. Lo que ha hecho que youtube empiece a cerrar cuentas y canales, al tiempo que explica los motivos con lo que se establece que hay nuevas políticas y que todas las redes sociales van a tener que ceñirse. Hay una conexión en las redes sociales y hay una disposición dentro del capitalismo financiero internacional que sustenta a esas redes, con las empresas asociadas a esas redes, y esa acción es la de arrancar de raíz las mentiras de la extrema derecha.
Hay un debate sobre la mentira y cómo esta puede dar al traste con la sociedad en que vivimos. La preocupación surge porque la discusión sobre libertad de expresión y censura ya no es el problema. Se cita a Kant, quien decía que la mentira es una falta moral imperdonable, que no se puede mentir siquiera para bien de la humanidad. Reducía así la moral a una cuestión de lógica.
Hay filósofos que describen el problema así: “Y ambos, usted y yo, nos mentimos puede que tengamos problemas, pero si yo miento para todo el mundo tendré problemas de quien caiga en mis mentiras, lo que no puedo es dejar que la mentira se universalice porque perdería el instrumento y el control por el que yo cuento la mentira. En una palabra, nada más puede ser una verdad o una mentira. Pierdo la posibilidad de la comunicación. Desaparece la posibilidad de aquello que es inherentemente humano y que construye la civilización que es el lenguaje.”
Por su parte, Donald Davidson, decía que de nada servía conceptualizar la verdad. Que la verdad es coherente, que es correspondiente con tal cosa, no se puede teorizar en exceso con la verdad, debido a que en el fondo la verdad es un concepto primitivo. “Yo no puedo admitir un lenguaje sin que en él exista la distinción de la verdad y la falsedad y la mentira, es decir la falsedad intencional. Cuando destruyó esa intuición, cuando destruyó ese saber intuitivo, se pierde la comunicabilidad humana.”
¿Este es el problema que viene afectando al capitalismo internacional? La respuesta viene explicada así: “Algo que depende del lenguaje humano obstruye al lenguaje humano. Universalizar la mentira es perder la comunicabilidad pues no se sabe distinguir lo que es verdad de lo que es mentira. El lenguaje deja de ser un instrumento de confianza.”
Si el objetivo de la extrema derecha es nadar en el caos, ¿Qué es lo que inquieta al capitalismo internacional? Que al igual que se mina la confianza de electores con las fake new, así mismo se mina la confianza que el capitalismo financiero usa como instrumento fundamental en la bolsa de valores. Si desaparece la confianza, también lo hará el dinero. Si la moneda es fiduciaria, esta depende de la confiabilidad. Los entendidos en el tema señalan la ontología que posee el lenguaje y que define cosas en un campo común para todos.
Se aconseja que las redes sociales tengan límite de manera que no vayan a crear un mundo excéntrico, incontrolable e ingobernable. Se remacha que el capitalismo no puede funcionar en un régimen anárquico, aunque parezca que lo hace en un régimen de apariencia maniática, pero que mantiene una racionalidad que es el cálculo humano. Y sobre todo se llama la atención de que incentivar a la extrema derecha es un juego insano contra el capitalismo, sobre todo con la evidencia flagrante del trumpismo mesiánico.