En la República Dominicana se dispone actualmente de tres mediciones de pobreza multidimensional: i) el Índice de Pobreza Global Multidimensional (IPM-Global), desarrollada por Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI); ii) el Índice de Pobreza Multidimensional para RD (IPM-RD), elaborado por un equipo de economistas dominicanos del SIUBEN con la asesoría de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) y el consenso de las instituciones de la protección social; y iii) el Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina (IPM), elaborado por la CEPAL y Sabine Alkire, con adaptación metodológica nacional de MEPyD.

La construcción y aplicación de los dos últimos índices constituyen dos buenas iniciativas que mejoran significativamente la medición de la pobreza al incorporar dimensiones e indicadores de pobreza más eficientes que no están incluidas en la medición de pobreza monetaria, la primera, del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales-Vicepresidencia de la República, y la segunda del MEPyD.

Ambos índices utilizan el mismo concepto de privaciones, la misma metodología originalmente elaborada por Alkire y Foster de OPHI e idéntico algoritmo de cálculo, en la cual cada hogar se identifica si el mismo experimenta una privación en cada una de las variables que integran las dimensiones de bienestar analizadas. Luego, se calcula la suma ponderada de privaciones que experimenta cada hogar, donde los pesos son determinados conforme a un criterio previamente establecido.  Un hogar se considera pobre multidimensionalmente si la suma ponderada de las privaciones supera un determinado umbral mínimo de pobreza multidimensional, también llamada línea de pobreza multidimensional.

Si bien tanto el IPM-RD como el IPM-AL constituyen un avance importante en la medición de la pobreza más allá del ingreso, ambos índices tienen subjetividades porque el k se escoge en base al criterio que adopte quién desarrolle el índice. La selección de las variables y los puntos de corte no se determinan en base a criterios de significancia estadística sino que son subjetivos, críticas que se hicieron al NBI y que se habían solucionado con el ICV.

Una limitación importante en ambos índices es que todas las dimensiones tienen el mismo peso lo que resta importancia a las variables que se encuentran al interior de cada dimensión. En el caso, por ejemplo, del IPM-RD, la dimensión agua potable, que  contiene mucho más variables que la dimensión de servicios sociales, sin embargo tiene el mismo peso.

No obstante usar la misma metodología, algunas diferencias en la construcción de los dos índices son notables. Primero, el IPM-RD incorpora en su cálculo -además de las dimensiones e indicadores del IPM-AL- la brecha digital y una dimensión que denomina convivencia, que incluye indicadores de seguridad ciudadana, discriminación, participación ciudadana y documentación, así como de trabajo y cuidado infantil. Incluye además la mortalidad infantil, aseguramiento en salud del régimen no contributivo del SDSS y otros, falta de acceso a tratamiento/medicamento en caso de padecimiento alguna enfermedad y seguridad alimentaria. También incluye indicadores de calidad de la vivienda como son si el hogar recibe o no menos de 14 horas diarias de energía eléctrica, si la vivienda está cercana o no a algún foco de contaminación como cañada, con basura o agua contaminada, pocilga o granja, humo/gases de fábrica, vertedero/basurero, humo o gases de aeropuerto, helipuerto o aeródromo,  gasolinera o planta envasadora. En total el IPM-RD mide 23 privaciones,  mientras que el IPM-AL lo hace en 13 privaciones.

Por otro lado, hay una leve diferencia en el valor del umbral mínimo de privación o línea de pobreza (valor k). En el caso del IPM-AL el umbral corresponde a 25%, lo cual implica que un hogar para ser considerado pobre multidimensionalmente necesita estar privado como mínimo en más de tres privaciones, de forma tal que una persona privada sólo en una dimensión no se considera pobre multidimensionalmente. Mientras que el caso del IPM-RD, el umbral correspondiente a la línea de pobreza multidimensional es 33%, lo que implica que un hogar debe estar privado en una dimensión y media. En ambos casos, la unidad de identificación de las  privaciones es el hogar, aunque la unidad de análisis es la persona.

Por último, si bien la fuente de datos de ambos es una encuesta probabilística de cobertura nacional, pueden apreciarse algunas diferencias metodológicas entre la Encuesta Nacional Continúa de Fuerza de Trabajo (ENCFT) que realiza el Banco Central y la Encuesta de Indicadores de Condiciones de Vida que levantó en 2015 y realiza desde el año pasado y realizará de manera regular cada dos años el SIUBEN. 

En términos de resultados, las diferencias entre los tres índices  son significativas. La aplicación para la República Dominicana del Método IPM-Global con los datos de la ENDESA 2002 y ENDESA 2007 arroja un porcentaje de pobreza de 11.7% para 2002 y 4.6% para 2007 (PNUD, 2010; PNUD, 2013; PNUD, 2014), cifras que pueden considerarse muy bajas para la realidad social del país.

De otro lado, el valor de IPM-RD que se calculó con los datos de la Encuesta de Indicadores de Calidad de Vida del SIUBEN levantada  en el año 2015 es de 35.6%, mientras que el IPM-AL calculado con la ENFT arroja un 25.5% para el mismo año 2015, una diferencia de 10 puntos porcentuales.

También se verifican diferencias importantes entre ambos índices en el valor por zona y en las tasas de privaciones tanto censuradas como no censuradas. Las estimaciones de pobreza que se obtienen con el IPM-RD de SIUBEN son muy cercanas a las de los métodos NBI y LPO.  Incluso, contrario a lo que esperaría con una medición de pobreza multidimensional en la que se mejora significativamente la eficacia en identificar a los pobres comparada con la pobreza unidimensional como es la monetaria, los valores que se obtienen con IPM-AL están por debajo de los resultados de pobreza monetaria: 23.1% versus  28.9%.

Si bien las estimaciones de pobreza obtenidas con IPM-AL son menores que las que se derivan con otras mediciones, muestran coherencia en términos de diferencias territoriales de la pobreza y en la tendencia de la pobreza, y en la magnitud del descenso que se ha producido en los años   transcurridos de la actual década, no así con la brecha de pobreza por sexo, pues el índice arroja un nivel de pobreza en las mujeres menor que en los hombres. De otro lado, tiene las ventajas de que a diferencia del IPM-RD no requiere de una nueva encuesta, es comparable con el resto de países de AL y de puede calcular anual y hasta trimestralmente.

No obstante, dadas las diferencias  mostradas y las consideraciones anteriores, una hipótesis plausible es que el IPM-AL esté subestimando el nivel de pobreza que prevalece en RD en mayor proporción en que podría estar haciéndolo el IPM-RD. Bajo este supuesto, este último sería un mejor procedimiento para medir el indicador de pobreza multidimensional, al arrojar un nivel de pobreza más coherente con la realidad  económica y social de República Dominicana.

En síntesis, el IPM-RD es una excelente iniciativa del Gabinete de Políticas Sociales que coordina  la Vicepresidencia de la República que mejora significativamente la medición de la pobreza, al incorporar dimensiones e indicadores de pobreza eficientes que no están incluidos en el IPM-AL ni por supuesto en la medición de pobreza monetaria.

Por consiguiente, en el marco del actual proceso de implementación  en el país de la estrategia internacional Agenda 2030 o de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS),  la Comisión Nacional de Alto Nivel de los ODS (CDS) que coordina dichos trabajos debe ponderar la conveniencia y pertinencia de utilizar como línea de pobreza multidimensional para la línea base en 2020 y el seguimiento hasta 2030 al indicador ODS 1.2.2 el valor que arrojará  el Índice de Pobreza Multidimensional para República (IPM-RD), elaborado por la Iniciativa de Pobre y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) y adoptado para RD por un equipo de talentosos economistas dominicanos del SIUBEN con la asesoría de Sabine Alkire, una de los autores del Índice de Pobreza Multidimensional Global y el Índice Pobreza Multidimensional para América latina (IPM).

El IPM-RD será, por tanto, una medición que permitirá identificar mejor a los pobres y así contribuir a lograr con los ODS que  nadie se quede atrás.