1.- No me cabe la menor duda de que hoy, domingo día 15, miles y miles de ciudadanos y ciudadanas, comparecerán a sus correspondientes colegios electorales, a echar en un cajón de cartón, identificado como urna, las boletas en las cuales han identificado, con una raya o cruz, al candidato o candidata que han favorecido.
2.- El hecho de que el o la sufragante asista a votar, sin tener a su lado persona alguna que lo coaccione, no quiere decir, en modo alguno, que ese ciudadano o ciudadana ha ejercido libremente su derecho al sufragio. El acto de votar no necesariamente es concomitante con la acción libre.
3.- El ser humano es libre cuando decide emancipado de toda condición, en forma abierta, sin cortapisas de ninguna clase; conserva su pensamiento autónomo, sin obstáculo mental alguno. Disfruta de libertad quien en su mente no tiene compromiso, ni está restringido en sus actuaciones. No es lo mismo liberado que cautivo; independiente que obstaculizado.
4.- La libertad hace posible que el individuo se manifieste con albedrío, dirige su voluntad hacia un objetivo sin estar su cerebro con predestinación; su intención está liberada de atadura alguna. No hay cohibimiento en aquel que toma una decisión sin vacilación; resueltamente, sin dudar lo que está haciendo.
5.- Más de la mitad de los casi siete millones de ciudadanos y ciudadanas dominicanas que actualmente figuran en el padrón, aptos para elegir candidatos, no sufraga con libertad, porque está condicionada por diferentes factores que influyen en su voluntad mucho antes de entrar al colegio electoral a echar los papeles en los tres cajones individualizados con las letras A, B y C.
6.- El o la votante que va a votar bajo la influencia de un tormento, no sufraga libremente; no siente placer alguno, simplemente cumple con algún compromiso previamente asumido, porque quien vota condicionado considera el acto de votar, no una decisión alegre, sino un padecimiento.
7.-En países como el nuestro, con modelos económicos atrasados, en los cuales la mayoría de los integrantes de la sociedad son víctimas de la desigualdad de oportunidades, y viven bajo estado de opresión social, votar es una simple formalidad a cumplir para satisfacer las aspiraciones de la minoría nacional que se beneficia del sistema imperante, y procura con el voto de los pobres legitimar el orden establecido.
8.- El voto es libre sólo para aquel que lo ejecuta como una decisión, con el empeño de materializar su anhelo; el propósito que le motiva a darle aquiescencia a su libertad de actuar en el sentido que se ha propuesto. Un acto deliberado es la obra de una persona no atada en su voluntad y que previamente ha pensado lo que ha de realizar.
9.- El hecho de votar atrapado por la miseria, el desempleo y otras limitaciones, equivale acomodarse a las circunstancias; amoldarse, resignarse a las reglas impuestas por el mismo adversario causante de los males que le lesionan. Aquel que quiere salirse de la trampa tiene que liberarse de cualquier forma, porque de lo contrario continuará siendo víctima del sistema que le oprime y es legalizado con los votantes sin libertad.
10.- La dinámica de la sociedad en que vivimos coloca en situaciones diferentes a las electoras y electores que desde el momento de su nacimiento han tenido y tienen solucionados sus problemas materiales y espirituales, a diferencia de la gran mayoría de los votantes que, en lugar de resueltos, cada día se le agravan , empeorándose sin que tengan arreglo a la vista.
11.- Algunos consideran que hoy, por ser día de las votaciones, es una fiesta de la democracia; pero no dicen que se trata de la celebración de la democracia de la minoría nacional, que bien la disfruta, festeja y le sirve de francachela. Es la democracia de sus jaranas, jolgorios y parrandas.
12.- La democracia de los que hoy votan, pero no eligen, es otra muy diferente. Es a la que aspiramos y debemos construir; en la cual el pueblo elige a sus mejores y más calificados representantes. Democracia festiva es aquella donde el pueblo es libre de elegir para luego poder decidir su destino en los marcos de los importantes asuntos de Estado.