El presidente Joaquín Balaguer solía llamar la masa silente a todos aquellos dominicanos que rehusaban identificar sus simpatías con algún candidato, el fue sin lugar a dudas, el preferido indiscutido de la masa silente.
Hoy, que vemos un candidato desesperado buscando votos “hasta debajo de las piedras” a pesar de que dice que supera el 60% de la intención de voto, veo la inmensa mayoría de vehículos familiares sin identificación política alguna, a pesar también de la apabullante propaganda política que le da el uso y abuso de los recursos del Estado al presidente y candidato a la reelección.
Lo lógico es que todo aquel que este siendo, o haya sido favorecido por alguna canonjía del gobierno a lo largo de estos últimos doce años este eufórico y bien identificado a favor de la continuidad del gobierno, pero eso no es lo que veo en las calles. He participado activamente en todas y cada una de las campañas electorales desde aquella lejana de 1982 en la que fui delegado ante mi mesa electoral en representación del Partido Reformista Social Cristiano y confieso que nunca como ahora he visto a un pueblo tan callado y absorto ante el proceso que se avecina el próximo domingo.
En esos comicios del domingo, tengo la certeza de que la masa silente ira a votar en contra del peligro que representa para nuestros hijos y nietos, aun sobre los que no han nacido, el peso de una deuda publica que consume ya el 50% del presupuesto nacional. Deuda que no tiene para el PLD otra manera de ser pagada que realizando el octavo aumento de impuestos en sus últimos doce años de gobierno, es decir, que para el Partido de la Liberación Dominicana y su candidato Danilo Medina, la masa silente debe pagar mas impuestos para que ellos sigan derrochando a manos llenas esos tributos.
No tengo dudas de que todos los que hemos sido victimas de la delincuencia sin control que nos arropa saldremos a las urnas el domingo con la firme idea de cambiar este estado de incertidumbre y temor en que el PLD nos ha condenado a vivir. Estoy totalmente seguro que las amas de casa que visitan asiduamente supermercados o colmados no tendrán ningún problema en cambiar el horror que significa el no poder adquirir con el magro salario que recibe los productos de la canasta básica con que alimentar su familia, debido al abandono del campo por parte de Danilo Medina que prefirió concentrar los recursos destinados al ministerio de Agricultura en su antojadizo paseo dominical.
No me cabe ninguna duda de que todos aquellos que usan los hospitales públicos irán a las urnas con la decisión de cambiar el abandono en que Danilo ha sumido a los hospitales públicos y el robo de los fondos públicos en aquellos que han sido remodelados y que ni siquiera dan un servicio igual al dado antes de remodelar.
A esa inmensa mayoría que no se identifica con los abusos de un partido que derrocha los impuestos que les cobra, a esa masa silente que ve como se usa groseramente la mayoría congresual del partido de gobierno para empeñar el futuro de sus hijos y nietos, a esa inmensa mayoría que se ve desamparada cuando busca ayuda en un hospital publico solo tengo una palabra que recomendarle para mejorar su futuro, CAMBIO.
Es hora de cambiar y poner el país en manos jovenes y capacitadas, en manos sensibles y honestas, en manos comprometidas con el desarrollo de la nación, a la masa silente hoy quiero exhortarlas a que acudan a las urnas decididas el 15 de mayo a darle a este país un mejor porvenir de manos de Luis Abinader.