La planta algodoncillo que pertenece al género Asclepias es una de las favoritas en el sur del estado Florida. Esta planta tiene varias especies que se cultivan con facilidad en el área de Miami. Es pertinente que uno se haga la pregunta, ¿Por qué gusta esta planta? Mi opinión es, porque esta planta atrae a las mariposas monarca y además sirve de planta receptora de las larvas (orugas) y es planta néctar para las mariposas Monarca adultas.

La mariposa Monarca (Danaus plexippus) es una de las más abundantes y ampliamente reconocida en el mundo. ¿Por qué? Pues porque estas especies de mariposa muestran una conducta que es única entre los insectos. A pesar de que otras especies de mariposas de la familia Dananae migran, la Monarca es la única especie de mariposa en el mundo que emprende un viaje migratorio de tan larga distancia y lo hace de ida y vuelta. Cada otoño las Monarcas al oeste de las Montañas Rocallosas de los Estados Unidos viajan hacia sitios específicos en la costa californiana, al tiempo que las mariposas Monarca del este de los Estados Unidos y del sur de Canadá emprenden un viaje mucho más largo, de cerca de tres mil millas, para invernar en las montañas del centro de México, en los límites entre el estado de Michoacán y México, al noroeste de la ciudad de México.

Este largo viaje se asemeja al de algunas especies de aves. Lo extraordinario en esto es que lo realiza un insecto tan delgado como una hoja de papel que pesa menos de un gramo. ¡Es algo increíble! Los investigadores permanecen todavía intrigados acerca de cómo estas mariposas pueden soportar este largo viaje, pero piensan que las mariposas utilizan una combinación de orientaciones direccionales, tales como la atracción magnética de la tierra y la posición del sol, en lugar de un solo medio de orientación. Algo más sorprendente aún, las mariposas que migran cada otoño pertenecen a tres o más generaciones separadas de las que emprendieron el viaje el año anterior. A pesar de que la mariposa Monarca no se encuentra amenazada como especie, esta migración en sí se considera un fenómeno natural que peligra por la acción humana sobre la disponibilidad de las plantas de algodoncillo, Asclepias.

La generación migratoria original comienza en el otoño con mariposas adultas cuyas vidas duran de ocho a nueve meses, apenas suficiente tiempo para viajar a México o California, pasar el invierno y regresar al sur de los Estados Unidos para depositar sus huevos antes de morir. A través del verano, tres o cuatro generaciones de Monarcas se producen. Estas generaciones de verano tienen una esperanza de vida más corta que la generación migratoria, solamente de tres o cuatro semanas porque ellas dedican muchas de sus energías a la reproducción. Hacia el final del verano, la tercera o cuarta generación realiza el regreso al lugar de donde salieron sus abuelos o bisabuelos la primavera anterior.

En los vecindarios alrededor de Miami y Miami Shores, muchos jardineros incluyen varios tipos de plantas de algodoncillo en sus jardines y patios. Favorecidas por el cálido clima y por la continua disponibilidad de plantas receptoras, gran parte de la población de mariposas Monarca permanece en el Estado todo el año y se reproduce durante todo el año. Como consecuencia de esto hay mariposas Monarca residentes en el sur de Florida, pues la temperatura de invierno del norte de Florida puede matar las mariposas en cualquier ciclo de su vida. Además de la población residente el Estado, este acoge las mariposas monarca migratorias que proceden de Norte América.

A menudo Florida se convierte en el destino de las mariposas Monarca procedentes del nordeste de los Estados Unidos y del sudeste de Canadá. En el sudeste de Florida, el cálido clima estimula el comportamiento reproductivo de estas mariposas, al punto que pierden la habilidad de migrar hacia el norte. De este modo, estas mariposas que migran al sur de Florida pueden terminar formando parte de las poblaciones de mariposas locales de reproducción.  No obstante, algunas mariposas comienzan el regreso hacia el norte cada primavera y, después de varias generaciones ellas eventualmente alcanzan su lugar de origen en el nordeste de Norte América. Otra posibilidad es que el sur de Florida se convierta solo en una parada para las mariposas en su viaje hacia su territorio mexicano de invierno.

El algodoncillo (Asclepias) es la planta receptora para las orugas de estas mariposas, de las cuales hay más de un centenar de especies en Norte América. Estas pantas crecen en abundancia en los hábitats modificados, tales como los lugares agrícolas o a lo largo de carreteras, aunque en la actualidad están en declive por varias razones. Una de las razones que hacen descender los hábitats es el desarrollo suburbano, pues destroza un estimado de 90% de las Asclepias de su ambiente natural.

En Florida existen 21 especies nativas de algodoncillos (Asclepias) y hay ocho especies nativas del sur de Florida. A pesar de que las Asclepias tuberosa tienen las hojas más duras que la Scarlet curassavica, que es la planta más común para atraer las mariposas Monarca, las orugas se las comen y se desarrollan igual que las que se alimentan de otras especies de algodoncillos. El algodoncillo (Scarlet milkweed) es autóctono de las zonas tropicales de América del Sur, pero se ha naturalizado en áreas subtropicales a través del mundo. Un problema que se presenta con el incremento de las Asclepias en climas más benignos, como en Florida, es que las mariposas Monarca se establecen en estos lugares durante todo el año como nuevos emplazamientos. El resultado de esto es que se interrumpe la migración hacia México.

La naturaleza cuenta con fenómenos que los humanos no han podido explicar. Ver las mariposas migrar es un espectáculo que ojalá nunca se interrumpa.