Para mandar se necesita coraje;
Para ordenar se necesita moral y
Para tomar decisiones, se necesita
Valor.
Las cosas de nuestros políticos parecen salir de una novela, por cierto, muy mala. Tanto de uno como del otro lado la cuestión ahora es si la marcha contra la impunidad fue un éxito o un rotundo fracaso. Y mire usted que por ese mismo camino andan desandando los “opinadores”, es decir, rondando alrededor del núcleo por temor a cada quien admitir la realidad del hecho en sí. Si la marcha no contó con una mayor o menor cantidad de personas presentes es irrelevante, ya que tampoco se “contrataron” decenas de voladores para traer personas de los pueblos, lo importante fue que se hizo, eso, solo eso.
Al parecer ya este pueblo está pensando de otra manera y, fíjense ustedes, que algunos de los que están arriba, han hablado de que esta actividad fue con el fin de tumbar el gobierno, que con “marchitas” no se tumba este gobierno y cabría preguntar, en donde o cuando cualquiera de los organizadores de la misma habló, dijo, insinuó o propuso tal desatino. Y es verdad que con “marchitas” no se tumban gobiernos, al parecer pretenden confundir una cosa con la otra ya que nadie ha propuesto armar un “sal pa´fuera”, donde hasta los chinos de Bonao tendrían que sacar sus bicicletas para abandonar el país.
Muy por el contrario, esa marcha lo que ha hecho es hacerle ver al gobierno que puede hacerse más fuerte, que puede hacerse más popular a pesar de los dinosaurios que se mantienen pegados de la teta del Estado. Y que nadie, tampoco pretenda tergiversar esta verdad y quiera hablar de la separación de los poderes en este mamotreto de democracia en la cual vivimos o subsistimos.
Si el gobierno ordena a las demás marionetas que maneja, ponerle un punto y aparte a la impunidad, de seguro no habrá que hablar más de corrupción, permisividad o “indelicadezas” y sobre todo, como siempre, ya que todos los temas lo politizamos, a los que aspiran para el próximo mandato, se les pondría dura la papa, al enfrentar al único gobierno que hizo “lo que nunca se había hecho”… ¡Acabar con la impunidad!
Aunque pensando bien, con estos políticos del patio y, parodiando la sentencia de Thomas Paine: “Argumentar con una persona que ha renunciado al uso de la razón, es como administrar medicina a los muertos”. Todo lo embadurnan en busca de ocultar la luz, tanto los viejos políticos como los nuevos “emergentes” que entierran sus principios iniciales y se brindan al manager con tal de que los ponga aun sea de emergente. El gran problema de esta marcha es que dejo claro, pero muy claro que ya no habrá más silencio cómplice y cobarde, que ya este pueblo se cansó de los discursos rancios y las argumentaciones pendejas para justificar lo injustificable. Ahora el tema son los sobornos de la compañía esa pero, nadie se refiere, siquiera las autoridades y claro, porque no les conviene, sobre la calidad de esas obras ejecutadas, tanto por la compañía esa como por otros “lideres” y representantes
Podríamos llamar la atención sobre la Presa de Pinalito y preguntar ¿Quién o quiénes fueron los que recibieron y aprobaron la aceptación de la misma? ¿Y los elevados de Boca Chica y el Muelle? Todo a medio talle, como se dice en el pueblo. ¿El elevado de Piedra Blanca; la carretera de Constanza; las decenas de reparaciones a la Autopista Duarte y Las Américas? El espacio disponible no es suficiente, quizás en cuatro o cinco semanas corridas podríamos hablar hasta de los “peajes fantasmas”. Pero, así está bien y, para dejarlos por hoy, una pregunta ingenua… ¿Si la marcha fue un fracaso, cual es el motivo de muchos adoloridos hacer otra en apoyo al gobierno? Difícil, pero ingenua. ¡Sí señor!