El mundo vive un sistema mundial de propaganda global nunca visto en la historia de la humanidad. El anuncio y promoción, a gran escala, de una "marcha" que se realizaría en Cuba el pasado día 15 del presente mes y cuya difusión principal estuvo centrada en Miami, no se realizó. La razón es sencilla: ese anunciado evento, con fines políticos, tuvo una gran propaganda mediática fuera de la isla, pero con muy pocos seguidores en Cuba.
La fecha pasó sin pena ni gloria; pero lo más importante es que, al no haber ninguna fuerza organizativa significativa para realizar dicho evento, entonces, como era natural, no hubo protesta, ni enfrentamiento alguno con la fuerza del orden público. Quiera Dios que las acciones mediáticas no apelen a sustituir la fallida marcha por imágenes traídas de otras latitudes. La vida en Cuba durante la esperada fecha se desarrolló de manera normal -como siempre- y enfrentando como país los grandes desafíos que le impone el bloqueo por más de medio siglo.
Tal como estaba pautado o programado para la fecha del 15 de noviembre, las autoridades de Cuba dieron reapertura a sus fronteras para recibir a los turistas del mundo, estableciendo un aumento de su protocolo, en el marco de la política definida en el área turística, apoyada por el personal médico. Cuba no sólo ha mejorado las instalaciones de los centros de turismo, sino que también lo ha hecho con una seguridad reforzada.
En la misma fecha, las autoridades cubanas han recibido oficialmente, procedente desde Estados Unidos, a una amplia delegación de "Pastores por la Paz", conformada por casi cien religiosos. Mientras, se reportan noticias -desde Boston y Washington- de protestas de estadounidenses y cubanos residentes en los Estados Unidos para que se le ponga fin al bloqueo contra Cuba.