La noticia aparecida recientemente en la prensa dominicana debería sorprender a pocos dominicanos que estén en dominio de lo que significa el manejo de las estrategias de posicionamiento, comunicación e imagen en esta era de la competencia y la competitividad entre los países a escala global.

La información da cuenta de que “el país retrocede como atractivo para invertir” y esto se da a conocer como resultado del informe “Doing Business” que lleva a cabo anualmente el Banco Mundial.

La República Dominicana viene arrastrando hace tiempo un déficit en la voluntad de su liderazgo gubernamental y privado, responsable de implementar las estrategias de comunicación que desvirtúen la percepción existente en el mercado internacional de que seguimos siendo un país, exclusivamente, de “sol, playa y arena”

Ese déficit en el establecimiento de una imagen identificativa de sus atributos, beneficios y valores consustanciales, ha provocado que se haya mantenido en una posición cíclica defensiva, siendo esta la peor de las situaciones que pudiera confrontar una marca en un mercado específico.

La fortaleza mostrada por las marcas lideres, sea en el terreno comercial, político, geopolítico o de cualquier orden, se caracteriza por su vanguardismo y determinación de alcanzar y mantener la primacía frente a sus competidores. Huyéndole “como el diablo a la cruz” a verse colocadas en una débil posición defensiva raras veces conducentes hacia un final de éxito.

Tal como hemos reiterado en innúmeras ocasiones nuestra nación debe poner en ejecución la campaña “Marca País” que le permita posicionarse con una imagen de fortaleza en el complicado, complejo y competido entorno global de este tiempo.