Por fin llegó una noticia alentadora dentro del sector salud. A principio de esta semana el presidente Danilo Medina recibió en el Palacio Nacional al nuevo presidente del Colegio Médico Dominicano, Dr. Wilson Roa, en un ambiente distendido y cordial. Hace mucho tiempo que no se producía un encuentro así, luego de años de continuas tensiones que pusieron en entredicho la gobernanza del sector.
Como habría de esperase, y aconseja la buena educación y la calidad de los testigos, el acercamiento fue todo un éxito ya que ambas partes reiteraron su disposición al diálogo y a la concertación. Pero como ambas partes mantienen sus intereses, pocos esperan que esta luna de miel conduzca a un matrimonio real, y mucho menos, definitivo y por la iglesia.
Este encuentro palaciego fue un preámbulo del reinicio, en la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD), de las negociaciones entre el CMD y el Gobierno sobre los temas en conflicto del mencionado acuerdo. En la mediación participan su Rector, el sacerdote Jesús Casto Marte y los doctores, Julio Amado Castaños Guzmán y José Joaquín Puello.
Según lo que ha trascendido los conflictos, las tensiones y los enfrentamientos que terminaron en paros prolongados, tienen su origen en el incumplimiento de ambas partes, de varios puntos importantes sobre los acuerdos concertados hace más de un año entre el CMD y el Ministerio de Salud Pública.
El Dr. Castaños Guzmán atribuyó la causa del conflicto “al resultado de una incorrecta interpretación de los acuerdos”, y la Dra. Altagracia Guzmán, Ministra de Salud Pública coincidió señalando que “lo que ha pasado es que el CMD lo ha interpretado de un modo y el gobierno de otro”.
¿Cuánto tiempo durará la luna de mil?
Pero todos sabemos que, más allá de esta explicación diplomática, subsisten problemas mucho más profundos. Una mala interpretación no explica tantos meses de enfrentamientos y deterioro, tratándose de un tema muy sensible, que afecta directamente la salud y la tranquilidad familiar del 60% de la población, obligada a acudir a los centros públicos debido a sus escasos recursos económicos.
A pesar de su apertura al diálogo y la cordialidad de la reunión, el presidente del CMD declaró a la prensa que “el derecho a la protesta por parte de los médicos está consagrado en la Constitución y que él no es quién impedirá que lo galenos hagan uso de este recurso cuando lo estimen conveniente”.
Comparto el editorial del periódico HOY de ayer miércoles cuando señaló: “Los médicos han estado reclamando reivindicaciones económicas que merecen. Es necesario llegar a arreglos para que se les reconozcan, pero paralelamente, los médicos deben asumir el compromiso de cumplir las horas de trabajo pactadas, y velar porque los pacientes reciban las atenciones que demandan su padecimientos de salud”.
Ojalá que esta nueva apertura realmente gire en torno al propósito común anunciado al final de la reunión: la transformación integral del sistema de salud. Y, que ambas partes dejen de ser parte del problema, y se conviertan en verdaderas promotoras de una solución en beneficio de la población, como debe ser.
Nuestro mejor deseo para el 2018 es que esta luna de mil se prolongue, y que sus frutos se traduzcan en soluciones equilibradas.