Del 26 de abril al 5 de mayo tendrá lugar la Vigésimo segunda Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2019, un evento que es tradición esperada y anhelada por quienes gustan de los libros en sus más diversas expresiones, ámbitos y tópicos, sobre todo, en evento trascendental de las letras, donde confluyen autores nacionales e internacionales.

En esta oportunidad será celebrada en la histórica Ciudad Colonial, oportunidad propicia, me parece a mí, para concatenar un atesorado sueño de los dominicanos amantes de la cultura: conectar a los miles de visitantes extranjeros, turistas, que se desplazan por sus calles y esquinas y capitalizar el interés por la tradición libresca y literaria del país.

Este año tenemos a Puerto Rico como invitado de honor, una nación con la cual hay vínculos históricos muy fuertes que nos llevan a la admiración que por ejemplo tuvo el insigne maestro de las letras hispánicas Juan Bosch por el maestro antillano Eugenio María de Hostos, de quien el autor de Cuentos Escritos en el Exilio abrevó y organizó la obra del insigne boricua que tanto amó a República Dominicana, de ahí la bendita salpicadura de la llamada educación hostosiana.

Pero, aún más allá del fervor literario, está dedicada a un cultor del cuento por excelencia en nuestra tradición literaria, Virgilio Díaz Grullón, con una obra paradigmática no solo cuentística, sino en la narrativa, consolidada por una novela como Los Algarrobos también sueñan.

Virgilio Díaz Grullón es de los autores dominicanos que las nuevas generaciones deben conocer, no solo las generaciones de escritores, sino los adolescentes y jóvenes dominicanos forjados en nuestras escuelas, por la calidad literaria de sus textos, por su impronta en el cuento sicológico y los matices de sus concepciones.

La Feria del Libro será el centro de connotados invitados internacionales, escritores, libreros, editores, que conformarán un tejido útil para llenar la atmósfera del entusiasmo chispeante del recorrido por publicaciones, novelas, cuentos, ensayos añejos así como las nuevas publicaciones que, se espera, tendrán lugar y que se espera sean asequibles para los bolsillos de la gran masa.

República Dominicana ha construido a través de los años y ladrillo por ladrillo una tradición en su Feria del Libro, buscando los horizontes de naciones desarrolladas y en vías de desarrollo donde las ferias del libro son tan permanentes, relevantes e importantes, que conforman parte del tejido sociocultural de sus sociedades, así España, Argentina, México, Colombia, por solo citar algunas de las cuales, de las cuales, como dice el pueblo, picamos muy cerca.

¿Por qué defender la Feria Internacional del Libro?, varias razones obligan. Primero se trata de una dinámica colectiva que inspira a conocer las creaciones del alma, del sentido, de la palabra, la creatividad, la imaginación y la investigación de hombres y mujeres que a través de la pluma, exhalan arte, cultura y conocimiento para la familia, los jóvenes, los adultos mayores.

De igual modo, porque la sociedad está atomizada, súper irradiada por temas candentes de envoltura política, noticias funestas, acontecimientos que estresan al ciudadano y lo sumergen en una cotidianidad cada vez más brumosa.

De modo que, para esta época del año siempre hay motivos de alegría. La llamada fiesta de la cultura ya está puesta en escena.