Desde 1925 la Modern Language Association (MLA), institución fundada en 1883 y con sede en Nueva York, publica un catálogo bibliográfico que incluye poco más de dos millones de fichas en las áreas de lenguas modernas, literatura y lingüística. Cada año se agrega un promedio de sesenta mil nuevas fichas que comprenden un espectro bibliográfico descomunal alimentado por información proveniente de fuentes en sesenta idiomas.

Entre los académicos del mundo, el catálogo de la MLA es la principal fuente de información al iniciar la exploración de cualquier tema relacionado al campo de lo literario. En ese sentido, se trata de un archivo insoslayable que sirve de barómetro para auscultar la atención que la crítica académica, en particular la ejercitada desde Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa, le presta a la producción literaria dominicana.

Por crítica académica me refiero a la crítica profesional, basada en la publicación de investigaciones en editoriales y revistas arbitradas, es decir, aquellas en las que se recurre a la evaluación y dictamen de pares a la hora de decidir qué se publica.

Un vistazo a las fichas bibliográficas de la MLA relacionadas a la narrativa dominicana revela datos muy interesantes:

Juan Bosch – 47

Ángela Hernández – 31

Rita Indiana Hernández – 27

Marcio Veloz Maggiolo – 20

Manuel de Jesús Galván – 19

Aurora Arias – 17

José Alcántara Almánzar – 13

Freddy Prestol Castillo – 13

Pedro Antonio Valdez – 11

Tulio Cestero – 9

Ramón Marrero Aristy – 7

Carlos Esteban Deive – 6

Andrés Mateo – 6

Rey Andújar – 5

Hilma Contreras – 4

Avelino Stanley – 2

Alanna Lockward – 2

Roberto Marcallé Abreu – 0