En literatura, el mensaje es autorreferencial y autoexpresivo. Lo que quiere decir que el uso literario es la cualidad dinámica y percepto-sensible de la literatura. En la prosa narrativa y en la poesía, encontramos estructuras que se articulan como actos de habla. Así las cosas, el diálogo, la descripción, la narración, la enumeración y las pautas de introducción, desarrollo y cierre de un relato o texto se pueden considerar actos de habla.

Pero no solamente los mencionados pueden constituirse como actos de habla, sino también, el monólogo, la voz narrativa, la predicación poética, la expresión entrecomillada, el texto didascálico y otras expresiones se reconocen como actos de habla. Lo literario como regla y sentido permite un campo dinámico de aseveraciones, inserciones y contextos que producen desde la realidad lingüística funcionamientos expresivos.(Ver, para una extensión más específica Marcelo Pagnini: The pragmatics of literature, Indiana Universty Press, Boomington and Indianapolis, 1987).

La pedagogía de la lengua, del discurso y las ciencias sociales intentan actualmente experimentos que pueden ser productivos en cuanto a resultados comunicativos. A través de la inserción de la lectura en las prácticas académicas se plantea una metodología comprensiva de los textos literarios, siendo así que la literatura ya no se toma como un “género” o una “ciencia”, sino como una experiencia de comunicación, producción y significación. El estudio de la lengua y el texto propiciado en la enseñanza de la lectura, implicará para las ciencias sociales y las ciencias del lenguaje un instrumento productivo y cognoscitivo debido a las variadas posibilidades que permite su comprensión y empleo.

Literatura, expresabilidad y sociedad son los soportes de actividades ilocutorias formales en el proceso comunicativo. Siendo lo literario la cualidad verbal que estructura la literatura, podemos señalar que sus condiciones son estratégicamente manifestativas, explicándose en los diferentes modos de articulación verbal y, además, en las formas verbales directas, indirectas, indicadoras, narrativas, descriptivas o predicativas.

Se trata de conocer la literatura en un horizonte de lectura y textualidad que hace posible la dinámica interpretativa y comprensiva del sujeto en situación. Se debe advertir que entre la teoría de los actos de habla, la lingüística del texto y la pedagogía de la lectura existe un vínculo pertinente. En el proceso de producción  y reconocimiento de proposiciones literarias, existen las diferencias marcadas por las condiciones de referencia y el uso de la lengua. Propiciar y entender la literatura como acto de habla, implica reconocer textos organizados en un orden verbal determinado por las posibilidades expresivas del hablante-escritor y la materialidad del discurso en contexto de comunicación y recepción.