Recientemente se levantó en el espectro judicial dominicano un maremoto de rivalidad y competencia sin sentido entre los superhéroes de la justicia al querer llevar a cabo, protagonismo estéril. El odioso y bochornoso expediente Odebrecht, el cual el país está en boca de todo el mundo por ser el único país en América Latina donde no se ha hecho justicia. Mientras tanto, en lugar de encausar y promover el debido proceso a los procesados, se pelean entre los justicieros.
El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán Mejía, en un hecho sin precedentes llama ¨atrevida¨ a la jueza presidenta de la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán Brito; y, como si todo esto fuera poco, le recordó señalándole con el dedo índice ¨que no quiere ni permite intromisión de ningún juez y menos para decirle al Presidente de la SCJ cómo debe actuar”. (Ese boche me hizo recordar el pelotazo propinado en el rostro de Donovan Solano de los Tigres del Licey en el segundo partido de la Serie Final de este año en el Estadio Cibao de Santiago, quien recibió 30 puntos de sutura en la cara).
Todo este traspié vino a raíz de la carta que le envió la jueza Miriam German al Presidente de la SCJ, haciéndole un reclamo de firmeza frente a las “desconsideraciones y faltas de respeto” hacia los jueces de parte de la Dra. Laura Guerrero Pelletier, Directora de la Procuraduría Especializada para Combatir la Corrupción Administrativa (Pepca). Sobre todo en la carta, la Magistrada tomó el personaje ficticio de Diana, la hija de dioses y princesa de las amazonas en el momento cuando saca su espada y corta en los aires el narigoneo del ¨superhéroe¨ Jean Alain Rodríguez, llamándolo: ¨soberbio¨
A saber verdad, la épica batalla de los comics en el espectro de justicia dominicano, ha comenzado.
El Ministerio Público (la liga de la justicia), los Jueces de la Suprema Corte (los vengadores) y los imputados (asilo arkham) confunden sus roles en una dilatada y extraña forma de actuar en justicia.
Por lo visto, los ¨DC Comics¨ llevan un derrotero en que sin pasar justicia a la Justicia los justicieros se preparan y miden sus fuerzas revelando desde ya el destino de los imputados. En cambio, los villanos no se quedan de brazos cruzados al buscar la manera de quitarles la cabeza a los títeres de circo con una simple morisqueta.
En este filo del pantalón se expondría la pulcritud e intención de quienes demandan y de los que aplican justicia en nuestro país (por lo que se ve feo andar con un pantalón con doble filo). Cabe recordarles al inconsciente colectivo que en este pequeño país somos un puñado de gente, incluso, hasta por simple mirada todos nos conocemos. Aquí se sabe la vida privada de la gente (de cuanto son sus ingresos). Por demás supone, que es fácil saber ¨quienes son los que son y quienes son los que faltan¨ de aquellos que le cogieron ¨cuartos¨ a Odebrecht.
En efecto, desatar los parademonios que ronda la justicia sería un hueso duro de roer… Pongámosle oídos a las recomendaciones de los expertos como lo hizo al principio la Jueza Mirian German Brito cuando le recomendó al Ministerio Público que si querían tener procesados condenados deberían de fortalecer la investigación y por ende, la acusación ya que el expediente no se sostiene en el tiempo por ser cojo, tuerto y mostrenco.
Para finalizar, peleándose entre los mismos justicieros el proceso no iría a ninguna parte, al contrario, lo que podría es desacreditarse. Entonces, ¿Qué hay detrás de todos los dimes y diretes entre los superhéroes? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que no se le pone bozal al buey que trilla.
Y si se pelean los superhéroes de la Justicia, ¿quién podrá defendernos?