Nuestra vida necesita muchos matices, de ellos depende que tan plena y provechosa ella se torne en la cotidianidad. La libertad como matiz unifica nuestra vida, nos abre a lo mejor de nosotros y nosotras mismas.
Nuestra vida necesita matices para seguir activa
Libre como las mariposas, es una intención que puede quedarse centrada en nuestros corazones, a veces, porque hemos vivido situaciones de dolor, esclavitudes u otras situaciones que nos mantienen pegado a cadenas o lealtades invisibles. Y el grito de libertad puede ser algo que nos visita constantemente, dependiendo de cómo ha sido la historia.
Fases de la mariposa
El huevo es la fase inicio de la mariposa, un objeto diminuto, esta fase es anterior a la oruga. Adaptado a la vida cotidiana, al proyecto de vida, responde al inicio de la idea de algo, deseo, meta, proyecto.
La oruga (o la larva) es la etapa larga de la mariposa parece un gusano. Jamás nadie va a pensar que será una linda mariposa, es una etapa de crecimiento, de nutrición y avance. Es una fase con nuestra vida, es donde podemos ubicar los primeros pasos de un proyecto, de un propósito, de una etapa, en fin.
La crisálida es la etapa de la transformación durante la cual los tejidos de la oruga se deshacen y su estructura ya se está formando. Es la última etapa de preparación para ser mariposa. Coincide con el dar a luz lo nuevo, lo concreto de lo que buscamos. (https://www.kidsbutterfly.org/life-spanish)
Para acoger cada fase y desarrollar lo que queremos necesitamos abrirnos a tomar la libertad como aliado.
Libertad
La necesidad de libertad está muy pegada al ser humano, a su esencia más innata, se manifiesta en el deseo de autonomía que comienza en edades tempranas de la vida y se concretiza, a veces, en el tiempo. Otras veces, por situación histórica las personas se pueden quedar atrapadas en el tiempo, sin embargo, el deseo de libertad puede estar muy vinculado a los cambios que la persona quiere tener en la vida.
La libertad nos ayuda a tener algunos elementos vitales que nos ayudan a no apegarnos a nada ni a nadie, y así vivir de forma tan sencilla, que la vida misma sea como las alas de una mariposa, libre, libre, libre.
Intuyendo a cada instante los destellos de bondad que en la misma existencia se destilan. Vislumbrando donde es que brota la belleza y la hermosura de las cosas, y de nuevo como la mariposa, libre.
Brindando aquello que recibimos en gratitud, la plenitud de sabernos alegres, realizados/as, felices por las cosas que vamos logrando, por aquellas que no llegamos a conquistar, y también por las que en algún momento vendrán para enseñarnos a vivir en clave de mariposa, libre y libre.
Entregar cada día con la plena satisfacción de haberlo vivido como si fuera el último de la existencia, y así aprovechar cada instante, con tanto apego como si de eso se tratara, de vivir libre como lo hacen ellas, las mariposas.
Relativizar lo relativo y absolutizar lo que es digno de ello, vivir simple, sin apegos innecesarios, con sueños, esperanzas y grandes o pequeños motivos para seguir la caminata. Como si de una sola cosa se tratase el andar en libertad y vivir como nuestras amigas, las mariposas.
Tomando las cosas de frente, sin sentirlo en lo personal, encontrando la enseñanza que cada situación te trae, viviéndola como una gracia y como un detalle que ayuda a conquistar alas para volar hacia donde creas y quieras.
Aprendiendo a ser guiados/as por el sendero de los y las que tienen firmes convicciones de hacer de su estadía en este plano lo mejor que le haya sucedido, no solo a ellos/ellas, sino a todos/as las que se encuentren contigo, conmigo. Para que también aprendan el paso de las mariposas.
Desde tu corazón encontrarás las fuerzas y motivaciones necesarias para seguir la caminada, solo tienes que poner un poco de esmero, dedicación y esfuerzo. Es un arte, una meta, un estilo de vida. Las mariposas cada día te esperan y me esperan para instruirnos en la ardua y bella tarea del camino hacia la libertad.