Se atribuye a Descartes la famosa expresión de “daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro”. Pero esta frase a su vez, encuentra en el refranero dominicano una antítesis quizás tan verás y fuerte como la expresada por el filósofo “el que más sabe es el que más sufre”.

La expresión pueblerina enfrenta fuertemente la palabra de un filósofo y es que la filosofía y la sociología se nutren del saber del pueblo, de sus vivencias y experiencias.

Posiblemente Descartes estaba hablando en función de la importancia del saber, de hurgar en lo desconocido, de esa importante inquietud que debe primar en el ser humano de buscar siempre la verdad y la raíz de las cosas, de no quedarse con el mero teatro que nos imponen los medios de comunicación.

Pero el refranero va a una realidad más humana y cuando dice que el que más sabe es el que más sufre lo dice en el entendido de que, posiblemente, usted observe un fenómeno pero al desconocer lo que hay detrás o más allá del fenómeno no le afecte o le impacte de la misma manera.

A veces saberlo todo nos lleva a la decepción cruel. Por ejemplo, tenía una comadre a quien le habían diagnosticado un cáncer en un quinto grado, de manera que ya no se podía hacer nada. Mientras no era consciente de lo que tenía vivía ilusionada, tenía proyectos en su mente que inclusive me comentó días antes de fallecer, sin embargo su situación empeoró cuando le hicieron consciente de su condición de salud. No duró un mes viva.

Lo mismo sucede cuando somos conscientes de nuestros derechos y se nos violan a diario. Todo el que está consciente de que le violan un derecho no actúa de la misma manera, su indignación es mayor, sufre con mayor fuerza.

Detrás de cada palabra hay una verdad, hay un entramado que la mayoría del pueblo ignora. Con cada caso de corrupción que se destapa se busca proteger y tapar a otros, los escándalos llaman la atención y mantienen entretenido al pueblo, pero el que no sabe simplemente seguirá en su francachela, su cerveza de fin de semana y su fiesta dominguera.

Pero el asunto es más complejo pues, dice la Biblia, “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre” entonces ¿cómo es que el que no sabe es libre?

La cuestión es que la verdad a que se refiere la Biblia es a Jesús por aquello de “yo soy el camino, la verdad y la vida”.

Quienes hacemos opinión pública a diario nos enteramos de cosas y vemos cómo se maneja la opinión pública a su antojo, cómo el pueblo es manipulado a través de informaciones irreales, y los titulares que cobran hechos anodinos cuando la realidad de lo que ocultan es más grande y peor. Por si alguien pudiese pensar que eso no nos afecta está sumamente equivocado y por eso doy fe de que el que más sabe es el que más sufre.

No toda verdad se dice, afirmaba un vecino y aunque soy de los que creo que es mejor siempre saber toda la verdad, a veces termina uno por emular la libertad del que no sabe.