La maldad como tal es inexistente, el bien o a lo que llamamos bien, es parte de las ideologías divisorias con las que nos han ido programando, su relatividad la hace cuestionable, por eso los materialistas liberados de esos códigos inventaron la táctica, y con ella nos llenaron de confusión, al extremo de arrancarnos nuestra capacidad natural de ser y concebir nuestras vidas.

El ensayo humano, no es para la dominación, más bien es para la articulación de mayores niveles de conciencia, en la medida que nos negamos a imponer nuestros criterios y solo queremos vivir y experimentar, producimos aleaciones con otras manifestaciones de vida que hacen posible la ampliación de nuestras conciencias. Empezamos a crear un sistema de conciencia y no un orden de conocimientos, de leyes y normas. Pues en vez de jugar el juego de los programadores, construimos el propio.

Pensamos que vemos y no sabemos que estamos ciegos, nuestros ojos están llenos de escamas por el desuso, estamos aprisionados por seres que reflejaron en algún momento de sus vidas mucha conciencia pero cayeron reducidos y limitados al no poder superar sus tinieblas.

Suenan ahora campanas de libertad para la humanidad, la libertad que nunca fue alcanzada por medio a las guerras, llegará a nuestras vidas sin ningún esfuerzo, más bien con la rendición a procurarla por cualquier otra vía. La vida misma es la fuente más poderosa de posibilidades, solo abriéndonos a todas ellas y gozando de la libertad para generar la infinita sabiduría que nos permita discernir la que sea más conveniente para el bien y la satisfacción de nuestra conciencia, solo eso aplastaría cualquier represión del sistema a nuestro avasallante paso.

La humanidad avizora la llegada de un nuevo día, la historia nos ha enseñado que todo cuanto se ha alcanzado mediante la guerra violenta rápidamente se ha diluido, es imposible lograr resultados diferentes con los mismos métodos con los que el sistema nos ha dominado, la tiranía nos ha dividido con las ideologías, de los grupos resultantes se aplicaron estrategias inteligentemente concebidas para ponerlos en conflictos permanente, así continúan sus dominios, por todas las vías posibles, el sistema vive de la división, la fuerza de la unión es lo único a lo que le temen, y esta solo es posible alcanzarla con el despertar pleno de nuestras conciencias.

Nos han secuestrado la voluntad, nos atraen sus falsas propuestas de felicidad, nos persuaden con ideales, sueños, luchas, batallas, heroísmos y glorias, que no son más que timos inventados para mantenernos creyendo en sus métodos para alcanzar la plenitud de nuestros seres. Imposible, un nuevo orden impuesto por los mismos que nos han estado dominando no puede traernos buenos frutos. Se extienden con sigilo en la elaboración de falsos ideales conducentes a falsas libertades.

Nos han alejado de lo que somos, nos intentan arrebatar para siempre nuestras almas, quieren incesantemente la esclavitud humana, muchos han caído en sus trampas, en sus perversas redes, pero el espíritu humano no se da por vencido, su conciencia ahora es la principal amenaza para ellos, no quieren que seamos libres, el hombre libre es una fuente inagotable de energías capaz de provocar una reacción en cadena en nuestro prójimo que daría al traste con la ilusión que nos han proyectado en nuestras mentes.