Si el país hubiera contado con una Ley de Ordenamiento Territorial desde hace catorce años cuando fue creada por la entonces Secretaría de Medioambiente, el uso de suelo y la planificación para el aprovechamiento de los recursos para el desarrollo no estuvieran en conflicto en los momentos actuales.
Recordamos que en el año 2010, luego de promulgada la Ley de Medioambiente y Recursos Naturales se le ordenó a la entonces Secretaría de Medioambiente (hoy Ministerio), la elaboración de una pieza legal con reglas específicas de zonificación u ordenamiento del territorio que delimiten el potencial de ellos y los usos que deben darse.
Así lo establece el artículo 120 de dicha ley que dice: Se ordena a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales la elaboración y aplicación de reglas y parámetros de zonificación u ordenamiento del territorio, que determinen y delimiten claramente el potencial y los usos que deben o pueden darse a los suelos, de acuerdo con su capacidad, sus potencialidades particulares y sus condiciones ambientales específicas.
Incluso el párrafo III del artículo 22, ordenaba también tanto a la Secretaría de Medioambiente como a la Dirección General de Minería, que juntos elaboraran una “política minera nacional” sujeta a la “política nacional de medioambiente y recursos naturales”.
Como ha sido siempre en nuestro país, se postergó el tema del ordenamiento territorial por tiempo inedefinido, hasta que en estos momentos no sabemos qué hacer con nuestros suelos, y lograr un equilibrio adecuado entre lo medioambiental y el aprovechamiento de los recursos de nuestro subsuelo como lo es la minería y de otras actividades humanas.
Bien define la ley 64-00 lo que es ordenamiento territorial: “Proceso de planeamiento, evaluación y control dirigido a identificar y programar actividades humanas compatibles con la conservación, el uso y manejo de los recursos naturales en el territorio nacional, respetando la capacidad de carga del entorno natural, para preservar y restaurar el equilibrio ecológico y proteger el medio ambiente, así como garantizar el bienestar de la población”.
Como dice un viejo adagio “nunca es tarde si se tiene una buena intención”, es preciso que el país dedique sus esfuerzos con la ayuda de todos los sectores de la sociedad nacional a crear definitivamente una Ley de Ordenamiento Territorial, para colocarnos a la altura de los países que tienen un aprovechamiento máximo de sus recursos naturales incorporándolos a las actividades productivas.
Creo que debemos tener bien claro que además de conservar nuestro territorio la pregunta también es qué haremos con él, para conciliar lo diversos usos que le daremos y así contribuir a la reducción de las tensiones que generan las actividades productivas en un territorio.
Es una buena noticia que el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo esté en la elaboración de esa pieza, pero es preciso consensuarla con todos los sectores productivos de la sociedad y someterla al escrutinio público. No es fácil que en pocos días o pocos meses se elabore una pieza tan importante.