Hoy día “dirigentes sindicales y empresarios viajan juntos en el mismo avión, cenan juntos y comparten en canchanchanerías”. Rafael Santos, El Caribe, 3 de diciembre de 2012

En el Diario Libre, del pasado viernes 27 leemos “El Comité Nacional de Salarios agotó ayer su tercera reunión, sin que se lograra avanzar en un acuerdo para al aumento de salario de 30% al sector privado no sectorizado, como demandan los trabajadores”. En el encuentro, además del director general del CNS, participaron por el lado de los trabajadores, los sindicalistas Rafael -Pepe- Abreu (Rafael Francisco Abreu Polanco), del CNUS; Gabriel del Río Doñé, de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), y Jacobo Ramos, de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), mientras que por la parte patronal estuvieron Circe Almánzar, vicepresidenta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), e Issachaar Burgos, de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa, entre otros”.

Estas negociaciones, que llevan años, se han convertido en puro circo. El aspecto más curioso de ellas es la representación de los trabajadores. Si un sindicato se define como “Asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros”. (Diccionario de la RAE), cabe preguntarse ¿hay sindicatos representados ahí?, ¿federaciones y confederaciones?, ¿formadas de qué? , ¿Son sindicalistas Rafael -Pepe- Abreu, Gabriel del Río Doñé y Jacobo Ramos?, ¿representan ellos a los trabajadores dominicanos? Habría que ver, porque no puede ser casual que los empleadores luzcan tan cómodos “negociando” durante años y años con estas personas.

Rafael Santos, educador y dirigente sindical.
Rafael Santos, educador y dirigente sindical.

Ya en 2012 el mismo Del Rio confesaba que la influencia del movimiento sindicalera escasa,al declarar a El Caribe: “…hoy día el movimiento sindical dominicano pasa por uno de sus peores momentos y luce desprestigiado, al punto que dirigentes como Gabriel del Río, de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) reconoce que actualmente se habla de que alrededor del 6 al 10 % de la mano de obra obrera con dependencia, es decir, empleada, está organizada en sindicatos reconocidos por el Ministerio de Trabajo”.[i]

Lo cierto es que, como sostienen muchos observadores, en República Dominicana hace años que el movimiento sindical prácticamente desapareció, no hay sindicatos en el sentido estricto del término. Una afirmación que nace de contrastar la cháchara que se publica diariamente con la realidad. Poco queda después de liquidado el sindicato unido del Central Romana, el de trabajadores eléctricos (Sitracode), el de trabajadores telefónicos (SNTT), el de Falconbridge, el de la Rosario, la antigua CGT, Foupsa-Cesitrado, Unachosin (cuando fue formada a partir de Asochoin y Adochosin), Poasi, el de la Textil Los Mina, Sinamoa; la verdadera CASC; las federaciones combativas como Fetrudisna, Fenticomm, Fentrauni, Fenatop, Fescridina; Sinomape,los ferrocarrileros y otros sindicatos de la industria azucarera, entre otros no menos importantes.

Diversos factores concurrieron en el gradual ocaso del movimiento sindical, entre los que pueden resaltarse:

  • La creación de sindicatos paralelos para debilitar los ya existentes en determinados sectores, una práctica de décadas que se extiende hasta el presente. No hace nada que el gobierno creó la Unión de Trabajadores del Transporte (Unatrafin) para servir de contrapeso a las poderosas uniones dirigidas por los dos empresarios y colosos del sector Antonio Marte y Juan Hubieres. Ya Balaguer había enseñado lo útil de este recurso cuando creó el Sindicato de Trabajadores de Arrimo Portuario Independiente (Stapi), para quebrantar el hasta entonces inquebrantable sindicato portuario Poasi; y el Frente de Choferes Democráticos (Frenachode) para enfrentar a la potente Unachosin, controlada por el PRD, entre otras entidades semejantes.
  • El surgimiento del sindicalista profesional, que abandona su trabajo para tornarse en un burócrata sindical, con lo cual se desclasa, se deslegitima y se hace vulnerable a las tentaciones y trampas de los empleadores y el gobierno. La corrupción y el amarillismo son consecuencias directas de esta actitud.
  • La represión, persecución, exilio, asesinatos (¿Dónde está Guido Gil, doctor Balaguer? (¿Dónde está Mauricio Báez, generalísimo Trujillo?, métodos propios de épocas pasadas pero que rondan como fantasmas todavía en ciertas empresas y sectores.
  • La influencia de la política partidarista, de izquierda y de derecha.
  • La mundialización económica con sus cambios en la organización industrial que le otorgan a los empresarios control total del proceso productivo, además de la penetración profunda del capital financiero en todas las ramas.

 

Recuerdo que el 24 de septiembre de 1974 un grupo de militantes de izquierda, entre los cuales me encontraba junto a los sindicalistas Ramón Ramírez y Ramón Martínez Portorreal, fue recibido a tiros cuando desembocó en el parque Independencia desde la calle Mercedes para manifestarse a favor de los trabajadores de la refinería de petróleo, quienes se hallaban en pie de lucha por la consabida “serie de reivindicaciones”. Eso era usual en la izquierda, respaldar las luchas sindicales, y era bueno; lo que no era bueno era el sectarismo y la fragmentación que a veces primaban, mediatizando los procesos de lucha.

Francisco Santos
Francisco Santos

La política partidarista le hizo mucho daño al movimiento sindical y, en especial laizquierda, carga con mucha responsabilidad porque ellarepresentaba la conciencia de clase y, por tanto, el haber estado llamada a impulsar la lucha de los trabajadores por mejores senderos. Y frecuentemente no cumplió con este mandato social y político.

Un ejemplo de ello se encuentra en la historia de la CGT. A comienzos de 1972 el MLN-Corecato, entones en pleno crecimiento, se sintió con bastante fuerza para abandonar la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos, (CASC), cuyo control no pudo lograr. Entonces, en alianza con la izquierda que incidía en Foupsa, decide formar la Central General de Trabajadores, cuya constitución se efectuó durante el V Congreso de la CASC, del 4 al 6 de febrero de ese año. Posteriormente la fragmentación del movimiento sindical se agravaría, para deleite de los patronos, al surgirla Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Unión General de Trabajadores Dominicanos (UGTD) y el Consejo de la Unidad Sindical (CNUS), cada una de estas entidades con su respectiva inclinación partidaria.
 

Rafael -Pepe- Abreu
Rafael -Pepe- Abreu

En su afán por sumar fuerzas la CGT decidió integrar gremios a su membresía. Fue así como, en calidad de miembros de la Asociación Nacional de Profesionales Agrícolas (ANPA), el hoy senador Adriano Sánchez Roa y yo votamos como delegados en la asamblea de la CGT que eligió a Rafael Santos Badía como secretario general, en 1987. El motivo de que Adriano y yo asistiéramos a esa asamblea, él como militante del Núcleo Comunista de los Trabajadores (NCT) y yo del Movimiento de los Trabajadores (MST), ambos integrantes del Bloque Socialista, era medir fuerzas contra otras organizaciones de izquierda, si no me equivoco encabezadas por el Partido Comunista del Trabajo (PCT), de Rafael Chaljub Mejía. La paradoja de aquel momento, vista en retrospectiva, era que estábamos eligiendo como líder de la principal central obrera a un gremialista, un maestro de escuela, pues Rafael Santos Badía era uno de los dirigentes históricos de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). Él podía ser muy bueno y todo, pero pertenecía a un gremio, por tanto, estábamos contribuyendo a desnaturalizar la esencia de la CGT. Santos terminaría pasándose a la socialdemocracia y electo diputado socialdemócrata al parlamento nacional. Y sabrá él de qué hablaba cuando declaró “ha habido contubernio entre los dirigentes sindicales y la clase patronal”.[ii]

Refiriéndose a los cambios mundiales, Pepe Abreu tiene su argumento: “En este período se dieron cambios fundamentales en el movimiento sindical, y hubo de pasarse de los períodos de grandes huelgas y confrontaciones a las negociaciones por reivindicaciones específicas, lo que no ha sido entendido”, y agrega: “los dirigentes hemos tenido que sentarnos, tanto a lo interno como a nivel de la Organización Internacional del Trabajo, a negociar con la clase patronal”, agrega. Según Abreu, muchos ven el sindicalismo pensando en los años 70 y 80, no partiendo de la realidad actual, donde cada reivindicación debe ser discutida en diálogo con el patrón, teniendo al Estado o la Iglesia como mediadores.[iii]

Otro aspecto digno de aclarar sería la afiliación internacional de las centrales sindicales dominicanas actuales. Durante la Guerra Fría (1945-1989) el mundo estaba bien ordenado y definido y en cada país todo correspondía a una instancia internacional, ya fuera alineada al bloque occidental encabezado por los Estados Unidos o ya al bloque socialista encabezado por la Unión Soviética. Por ejemplo, la CASC estaba afiliada a la Confederación Mundial del Trabajo (CMT); la CNTD a la estadounidense  American Federation of Labor (AFL-CIO) y la CGT a la Federación SindicalMundial (FSM), pro socialista.La CMT fue una federación sindical internacional de orientación cristiana autodisuelta el 31 de octubre de 2006 para integrar la Confederación Sindical Internacional (CSI). Fundada en 1920 en La Haya (Holanda) con el nombre de Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos (CISC) existió 1968 cuando adoptó el nombre de referencia. La FSM es una federación internacional de sindicatos fundada el 3 de octubre de 1945 en París. Es la segunda organización sindical internacional más antigua y fundadora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sigue la línea del movimiento sindical clasista y lucha contra el capitalismo y el imperialismo, por una sociedad sin explotación del hombre por el hombre. Es de tendencia comunista y marxista-leninista.

Contrastados con la realidad diaria, supongo que los siguientes datos serían una suerte de espejismo: “Al día de hoy (diciembre de 2012) en el país existen tres grandes centrales sindicales: la CASC, el CNUS y la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicano (CNTD), así como 218 federaciones de trabajadores y 24 confederaciones.El Ministerio de Trabajo tiene registrados 3,717 sindicatos. Por empresas hay 1,256; por rama profesional 1,498; por rama de actividad 878, así como 85 con solicitudes pero que “no aplican”.De acuerdo con la clasificación, estos sindicatos se dividen en 243 de zona franca, 672 de transporte, 109 de puertos, 275 de construcción, 223 de billeteros, 19 en instituciones del Estado, 90 en la agroindustria, 109 en hoteles, 197 en la industria azucarera, así como 1,714 en ramas diversas”.[iv]

Para ilustración del lector,Gremio: Corporación formada por los maestros, oficiales y aprendices de una misma profesión u oficio, regida por ordenanzas o estatutos especiales. Conjunto de personas que tienen un mismo ejercicio, profesión o estado social. (Diccionario de la RAE)

[i]www.elcaribe.com.do/…/sindicalismo-ldquocapa-caidardquo-porconqui…0 AM –

[ii]Ídem

[iii]Ídem

[iv]Ídem