Dicen que la voz de la inteligencia y la razón es ahogada por el ruido del miedo, ignorada por la voz del deseo, contradicha por la voz de la vergüenza, prejuiciada por el odio y extinguida por la ira.
En ese sentido, tenemos atributos únicos y esenciales que nos diferencian de los otros animales, que nos definen como seres humanos. Uno de ellos es nuestro comportamiento cotidiano, que no depende tanto del instinto, sino del razonamiento, siendo nuestro intelecto, la socialización, lo que predomina.
La imaginación, la razón, y la conciencia de sí mismo, son elementos que trascienden nuestra naturaleza.