Son muchos y variados los factores que provocan que los países desarrollados se encuentren en la posición de vanguardia que disfrutan hoy. Uno de los principales factores tiene que ver con la cultura de la investigación que estos promueven permanentemente dentro y fuera de sus fronteras.

Esta cultura les permite conocer, estudiar y orientar el comportamiento de sus sociedades y de sus mercados dándole la famosa ventaja competitiva que tanto se anhela tener por estos lares del inmediatismo y la improvisación.

A pesar de sus dificultades actuales, los Estados Unidos es el país desarrollado que mantiene la vanguardia en el manejo de este tipo de cultura destacándose por llevar a cabo toda suerte de estudios por inverosímiles que estos parezcan para los demás mortales que habitamos el planeta tierra.

Debido a la falta de visión de sus líderes y a un distanciamiento de la práctica de esa cultura, nuestro país ha mantenido un consistente posicionamiento tercermundista que lo mantiene rezagado en el contexto de países con características y demografías similares en otras regiones del mundo, como son Corea y Taiwán, para solo citar dos ejemplos.

Esta deficiencia es significativamente más notoria en el ámbito del ejercicio empresarial en donde la falta de una política y una estrategia dirigida a la investigación y a la creación innovadora que conlleve al registro de procesos de propiedad industrial y registros de marcas, se hace cada vez más perentoria.

Una luz de esperanza y un aporte al cambio de mentalidad se abre con la reciente inauguración del edificio del programa de postgrado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), tomando como valida las palabras de su rector Monseñor Agripino Núñez Collado, al afirmar que “la PUCMM busca aportar sus esfuerzos y recursos para lograr un país con mayor capacidad de innovación, para aumentar la competitividad, mejorar la capacidad exportadora y promover el desarrollo sostenible.”

En una charla magistral a la cual asistimos el año pasado dictada por Víctor F. Gómez- Valenzuela M.A., M.SC., PchD, a invitación de la Oficina Nacional de la Propiedad Intelectual ONAPI, el científico cubano presentó un cuadro comparativo de los países por etapa de desarrollo y renta per-cápita, en el cual la república dominicana se encontraba en la fase transitoria del primer al segundo nivel de las cinco etapas comparativas.

Sus conclusiones sobre el particular, condujeron a establecer que la relación entre PI y desarrollo es bastante clara desde varias perspectivas: principalmente desde la perspectiva de input y output de la productividad de las empresas, el fortalecimiento institucional del estado de derecho, con una perspectiva sistémica asociada a los enfoques sobre sistemas nacionales de innovación.

Ahora que los estamentos productivos y el gobierno nuestro, con la presencia del Presidente Danilo Medina en esta inauguración, se abocan a enfrentar con decisión el crucial elemento de la competitividad dentro del esquema de la economía y el mercado global, es oportuno tener presente que sin la herramienta de la investigación, la innovación y el estudio de los mercados es poco lo que se podrá avanzar en este actual entorno de los negocios extra frontera.