Existe una idea bastante extendida de asociar la investigación con la ciencia natural, relacionando el trabajo académico del profesional de las humanidades (filosofía, lingüística, crítica literaria, historia y antropología) con una actividad creativa estrictamente personal que sólo requiere del genio o de la inspiración.

Si bien es cierto que la investigación humanística se realiza con mayor independencia de las infraestructuras y de las instituciones que la investigación científico-natural, debemos abandonar la idea romántica del genio creativo que escribe un ensayo literario, una obra filosófica o un libro de historia en una especie de posesión dionisíaca.

También, la investigación que se realiza en campo de las humanidades requiere de un vínculo institucional, pues para la misma se necesitan grandes bibliotecas –el pago de las subscripciones a las revistas académicas y el costo de los libros que se publican mensualmente en el área es muy costoso para cubrirlo de un modo personal- así como de espacios colectivos de discusión organizada –seminarios, simposios, coloquios y congresos-.

Se necesita también, del apoyo institucional formativo. Los investigadores se forman a través de los programas doctorales y nuestro país adolece de los mismos. Sólo el programa doctoral en filosofía que la Universidad del País Vasco imparte desde hace más de una década en un acuerdo con la Universidad Autónoma de Santo Domingo se ha mantenido de modo continuo.

Otra razón de por qué las ciencias humanas necesitan de las instituciones es por el tema del financiamiento. En el caso específico de los profesionales de las humanidades, el riesgo es que estos consuman sus vidas con largas jornadas de docencia para alcanzar un salario decente. No hay convocatorias nacionales para otorgar fondos a investigaciones humanísticas, pocas universidades contienen plazas para profesores contratados como investigadores y los privilegiados en tenerlas gastan mucho tiempo en labores docentes y administrativas. Esta situación dificulta la liberación de tiempo para el profesional humanista con vocación investigadora.

Nuestro país sufre de muchos problemas sociales que requieren  una mirada de las ciencias humanas. Hace unos meses, un funcionario del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología afirmó en la  inauguración de las Jornadas de Investigación Científicas de la UASD, 2018, que las áreas humanísticas serían incluidas dentro de las convocatorias para otorgar fondos del Estado, reservadas, hasta hoy, a las ciencias naturales. Estamos esperando.