“La cultura del miedo es como un geniecillo al que se ha permitido salir de su botella. Cobra vida propia, y puede llegar a ser desmoralizador”/Zbigniew Brzezinski
Sí, un clima de inseguridad atiza el discurso populista, enciende las pasiones más ruines en ciertos sectores, y,de paso, los ánimos mercantilistas. Da para mucho, y para muchas ganancias. La “industria del miedo” es justo una de las industrias más lucrativas que puedan existir, movilizando gigantescos recursos que son los que, penosamente, mantienen el statu quo actual. Es por el auge del miedo, por ejemplo, que la NRA[1] tiene todavía tanto poder en EE.UU., y que, sobre todo en nuestro contexto, justificamos un mayor gasto militar, los patrullajes mixtos (cual estado de excepción), o el eufemismo de los intercambios de disparos. Los enemigos son distintos, pero la esencia es la misma.
Hago esta reflexión previa porque hace poco cayó en mis manos el famoso proyecto de ley sobre seguridad perimetral que tanto ha sonado en los medios, y del cual extraje los puntos más críticos. Su vocación totalitaria no se camufla:
- Entiende que toda persona deportada, o con antecedentes penales, es una “amenaza para la seguridad” y que, por tanto, debe recibir un trato distinto por parte del Estado (art. 2).
- Se refiere a“familias formales e informales”, con las siguientes definiciones:
Familia formal: familia organizada sobre la base de un nivel básico de planificación que permite su relación con los valores del desarrollo social, sin observar su composición, estatus legal o nivel socio económico.
Familia informal: familia disfuncional que se define por la improvisación y la informalidad de sus hábitos y procesos, al margen de su composición, estatus legal o nivel socio económico(art. 2).
- Asimila la migración al crimen organizado cuando define “pérdida del control territorial”: pérdida del control y de la autoridad en franjas urbanas y rurales del territorio, que son tomadas por la inmigración y por el crimen organizado(art. 2).
- Legitima las detenciones arbitrarias en franca violación a los derechos de libertad de tránsito y de asociación, bajo la instauración de los“puntos de chequeo” (art. 2).
- Otorga funciones de seguridad ciudadana a las FF.AA., con un rol preponderante dentro del sistema de seguridad que plantea, incorporando los patrullajes mixtos (art. 10).
- La realización del“inventario perimetral de seguridad”afecta gravemente el derecho fundamental a la privacidad e intimidad de las y los ciudadanos (art. 30). Ni qué decir del hecho de que toda persona que llegue o se retire de un perímetro debe notificarlo al “sistema” para fines de depuración y permiso (art. 49, 6).
- Establece un “programa de reinserción social para perfiles de riesgo de seguridad” que contradice principiosconstitucionales y del proceso penal, siendo esta última normativa de carácterorgánico; por citar solo dos ejemplos, incluye la realización de pruebas toxicológicas aleatorias, así como el implante eventual de dispositivos electrónicos de seguimiento (chips) (art. 51).
- Las iglesias y los templos tienen voz en el diseño del perfil de lo que se considera “familia formal”,con el objetivo de reorientar los recursos públicos hacia la organización familiar y el desincentivo de la informalidad, causa principal, de acuerdo al proyecto, de la pobreza e inseguridad (art. 69).
No creo que haga mucha falta abundar en el grado de amenaza a las libertades que implicaría la aprobación de un proyecto de ley de esta naturaleza. A quienes duelen los derechos no pueden permitir que el Gran Hermano se imponga a la razón. O, de repente, también quemaremos los libros.
[1]National Rifle Association.