Los datos del Informe del CREES indican que Informalidad Laboral representa el 58.7 % de la totalidad del mercado. Es decir, que 6 de 10 personas trabajan fuera de la legalidad. Debemos agregar que esta es una situación que persiste a pesar de las iniciativas gubernamentales de facilitar la formalización de las empresas, esto debido a que aun el sistema obstaculiza las actividades económicas, provocando que operar en la formalidad resulte más costoso que hacerlo en la informalidad. Urgen políticas gubernamentales reales y efectivas tendentes a crear las condiciones iniciales de fácil y rápido acceso, propiciando un mejor ambiente tributario para los procesos de ejecución u operación una vez la empresa que se encuentra registrada o que esté en vías de registrarse.
Ese escenario, de difícil manejo, pudo generar el esquema de evasión actual, el cual se mantiene “por las trabas estatales establecidas para cumplir y operar. El Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), Seguridad Social, Costos Laborales No Salariales, Alto Costo de la Electricidad, Transporte Deficiente, Alto Costo de los Combustibles, Inseguridad Jurídica, Costos Burocráticos y la Corrupción son parte de los obstáculos.”
“De los 121 mil nuevos puestos de trabajo que se crearon el año pasado, el 85% fue en la informalidad. 44 mil nuevos empleos fueron creados en la administración pública, líder en la creación de empleos formales, un incremento de 7.6% con relación al 2016, pero esto implicó la destrucción de aproximadamente casi 26 mil empleos en el sector productivo formal,” según el informe de CREES, a partir de los datos de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo del Banco Central de la República Dominicana. En adición, “la tasa de crecimiento de los empleos informales fue de 4.1%, cuatro veces el crecimiento de 1.0% experimentado por el conjunto de los empleos formales de la economía.”
“¿Qué consecuencias directas presenta esta situación para quienes obtienen sus ingresos personales dentro de la informalidad? El principal efecto es ingresos inferiores a los obtenibles dentro de la legalidad. Los datos de ingresos de los sectores formal e informal están disponibles desde el año 2000 al 2016. En ese lapso, los ingresos formales han sido, en promedio, 31.2% mayores que los obtenidos dentro de la informalidad; el último dato disponible es similar a ese promedio: ingresos 30.2% mayores en condiciones formales.”
Otra pregunta relevante sobre el efecto de la informalidad está relacionada con la protección social. “¿Cómo afecta la informalidad que prevalece en la economía al sistema de seguridad social? Un sistema de pensiones, cualquiera que este sea, necesita ahorros. Mayor informalidad dificulta cotizar. El porcentaje de cotizantes con relación al total de afiliados ha promediado 48.3% en los últimos cinco años, y para 2017 el promedio fue 48.9%. Ese porcentaje de cotizantes es bajo con relación a los afiliados y a la población en edad de trabajar (PEA). En 2016, por ejemplo, mientras en Chile cotizaba el 64.8% de la PEA en los fondos de pensiones, en República Dominicana únicamente lo hacía el 33.8%.”
Agregan, de manera objetiva que “si el ingreso de los informales es menor, en promedio, la informalidad presenta un reto importante para el desarrollo humano por medio de las actividades productivas. De igual forma, ser informal supone un incremento de las desigualdades dentro de la sociedad. No todos los ciudadanos pueden acceder a los beneficios que devienen de la formalidad. Quienes generan ingresos bajos enfrentan la dificultad de formalizarse, porque cumplir con todos los requisitos legales y regulatorios una vez formalizados impone costos difíciles de costear.”
De ambos informes colegimos que crece la bancarización, con un sector informal muy amplio. Eso denota una situación de inequidad muy grande, algo así como que los ricos se hacen más ricos y los pobres no reciben, en un nivel más justo, el producto del crecimiento del PIB. Es una economía cuyos sectores crecen, con PIB alto, pero con una clase media y pobre que no cambia a mejor en la misma proporción. Una distribución poco equitativa del ingreso y diríamos que hasta abusiva.
Otro punto que se podría derivar de estos datos es que al parecer el sector informal es más amplio de lo que interpretan las cifras oficiales. Pues el “shock” de la limitación del uso del efectivo se manifestó de forma muy sensible y evidente en la economía.
Al iniciar esta serie de artículos entendíamos que llegarían a dos las entregas, pero como dicen dos dichos populares: “Quien sale es quien hace el viaje” y “Uno propone y Dios dispone”. Nuestras excusas por extendernos. En la próxima entrega ofrecemos lo que entendemos como conclusiones de estos excelentes informes, los cuales plantean una realidad insoslayable y por lo tanto inapelable.