Un protocolo es un ceremonial establecido.  Tan formal es la palabra protocolo que una de sus acepciones  es: “documento  que un notario autoriza y custodia sus formalidades”. El seguimiento a un protocolo es tan importante que toda enfermedad, operación científica o quirúrgica tiene escrito un protocolo.

Así que, como Quisqueya Aprende Contigo tiene su protocolo, nos sorprende que al pretender atemorizarnos, Lidio Cadet, nos revele,  en su costosa publicación “Respuesta a cuatro Ministros”, el poco seguimiento que dio a la implementación de ese protocolo, en el que  reconoce  los siguientes errores:

Primero: que el protocolo del que él era  responsable fue violado; segundo: confiesa que no supieron controlar el transporte; tercero: declara que no fueron capaces de guiar a los lugares signados a  graduandos, familiares, activistas y militantes; cuarto: reconoce que hubo desorden en el manejo de las esclavinas; quinto: confiesa que entregaron esclavinas a quienes no correspondían.

Ante tantas violaciones del protocolo ¿Puede usted informarnos las medidas tomadas por su dirección para con quienes  lo incumplieron?  ¿Cuantos han recibido las consecuencias por esa violación?.

Es usted quien al conocer los resultados de la investigación del Lic. Gustavo Montalvo ha debido pedir disculpas a la nación y anunciar las medidas tomadas para corregir la multiplicidad  de violaciones a las normas protocolarias establecidas para esos eventos. ¿Cree usted que el referirse a nosotros evade su propia responsabilidad? Por ejemplo, ¿Como asegurarnos que nunca más se entregarán esclavinas a personas no calificadas? ¿Como asegurarnos que dará seguimiento al protocolo? Esa es su obligación, no la nuestra.

Todo ese proceso de violación del protocolo lo informaron los medios de comunicación a la sociedad dominicana, no lo vimos únicamente  los ocho ojos de los cuatro Ministros, que por cierto le recuerdo que fuimos Secretarios de Estado.

¿Puedo ayudarlo a comprender porque se rompió el Protocolo? Le recomiendo leer el párrafo del artículo  48  la Ley 996 de Garantías Electorales de Colombia que evita que las campañas electorales distorsionen la acción pública y viceversa. Así se cuida en otras naciones  la democracia.

Pero le informo que no voy a desdecirme.  Confirmo mi fe en los medios de comunicación que divulgaron, paso a paso, las violaciones al protocolo que usted repite en su documento  de emplazamiento.  Y le aseguro que nos veremos en su camino hacia la justicia.