Al momento de publicarse este artículo debo haber visitado y recorrido la Plaza de Cataluña en Barcelona,lugar donde se han concentrado y comienzan a esparcirse parte de los indignados de España. La ignición que encendió la mecha del movimiento 15-M tiene su origen en los planteamientos vertidos por StéphaneHessels en su libro ¡Indignaos!, y cuyos planteamientos encuentran sostén en las realidades y retos que presentan las naciones tanto desarrolladas como en vías de desarrollo del siglo XXI. Antes de leer los planteamientos de Hesselshabía llegado a la conclusión de que el origen de cualquier indignación socialse encuentra en el comportamiento mismo del ciudadano, y en la madurez del concepto de ciudadanía.
Generalmente, el ser humano en su esencia tiende a una natural victimización de sí mismo. Es decir, nos centramos mucho en la violación que ejercen otros de nuestros derechos, y en menor proporción nos percatamos del cumplimiento o no de nuestros deberes.
¿Qué me lleva a escribir sobre este tema? precisamente esa indignación que produceobservar el incumplimiento de los derechos y deberes fundamentales consignados en la constitución de la república y en el buen comportamiento ciudadano, a los cuales estamos compelidos a acatar.
¿Qué le indigna a un ciudadano?
Le indigna la corrupción en el sentido pleno de la palabra, pero también le indigna la complicidad de quienes directa e indirectamente se benefician de ella.
Le indignael desorden existente en el transporte, pero también le indigna la imprudencia en el manejo de muchos ciudadanos.
Le indigna el aumento de los impuestos que no se retribuyen al ciudadano, pero también le indigna el ciudadano que no paga sus impuestos y exige mejores servicios.
Le indigna pagar altos precios de combustibles, pero también le indigna ver tanto derroche de combustible en vehículos de alto consumo paseándose por las calles de un país pobre.
Le indigna ver tanta pobreza, pero también le indigna ver tanta opulencia y tanta riqueza mal distribuida.
Le indigna ver la baja inversión en la educación y maestros mal pagados, pero también le indigna ver profesores que no cumplen sus horas reglamentarias, y le indigna ver la indiferencia de las autoridades para someter a quienes gastan millones en inútiles textos integrados.
Le indigna ver un sistema de salud ineficiente y con bajos salarios, pero le indigna ver médicos y enfermeras que cobran sin trabajar, y ofrecen pésimas atenciones a sus pacientes.
Le indigna ver tanta delincuencia, pero también le indigna ver como los padres no educan, ni orientan a sus hijos para que sean buenos ciudadanos.
Le indigna ver tantos niños huérfanos y pedigüeños en las calles, pero también le indigna ver tantos padres irresponsables que sóloprocrean y que no asumen responsabilidades.
Le indigna ver una nómina pública abultada e improductiva, pero también le indigna ver miles de hombres y mujeres que no se ruborizan al cobrar un sueldo mensual sin trabajar.
Le indigna ver las malas acciones de algunos políticos y funcionarios públicos, pero también le indigna ver como esos mismos políticos sacan miles de votos en las elecciones sufragados por esos mismos ciudadanos que los critican y coyunturalmente se benefician en las elecciones.
Le indigna ver que millones de usuarios se roban la electricidad, pero también le indigna ver personas tan pobres que no pueden pagarla y otros que pueden pagarla y se la roban; y otros que no la pagan y la derrochan como si la pagaran.
Le indigna ver que el sistema eléctrico es deficiente, pero también le indigna lo poco que hacen los ciudadanos para denunciar a los que se roban la electricidad para que se arregle el problema.
Le indigna ver el accionar de los partidos tradicionales y la división política que hacen algunos de los buenos y los malos, pero también le indigna ver los supuestos "buenos" no teniendo la capacidad de articularse y concitar las preferencias electorales para construir el país mejor que ellos vislumbran.
Le indigna el clientelismo y la no solución de los problemas nacionales, pero también le indigna ver ciudadanos que sólo critican las acciones pero no proponen soluciones.
Le indigna ver algunas calles con hoyos, pero también le indigna ver personas que hacen zanjas y no la cierran.
Le indigna ver altos precios del petróleo,pero también le indigna ver ciudadanos que saben que no tenemos petróleo,sin embargo exigen que tengamos un combustible más barato que los países que sí lo tienen.
Le indigna ver la escasez de agua potable, pero también le indigna ver la depredación de los bosques y el poco cuidado al medio ambiente.
Al final de cuentas, la indignación es bidireccional en términos de derechos y deberes, y se sustenta en un deficiente estado de derechos, falta de institucionalidad y en un débil concepto de ciudadanía.
¿Podremos indignarnos? Claro que sí. ¿Con quién o sobre qué? Ahí reside el reto. Cualquiera que fuese la indignación debe ser una que englobederechos humanos insatisfechos, pero también deberes fundamentales incumplidos por los ciudadanos. ¡Todo empieza por ahí!