La República de la India es sin lugar a dudas el más exitoso milagro económico de las últimas dos décadas. El PIB del año 2010 la colocó en la posición mundial #11, pero si ese PIB se calcula en base a la paridad del poder adquisitivo (PPA), saltaría a la posición #4, sin embargo a pesar de sus avances hay una elevada pobreza extrema que revela la posibilidad de manejar dos agendas simultaneas: la de la innovación y la modernidad y la de enfrentar los problemas básicos. 

La India se independizó de la Gran Bretaña en el 1947 y hasta la década de los ochentas experimentó tasas anémicas de crecimiento por el intento de implantar un modelo socialista, pero a partir del 1990 se ensayaron políticas de libre mercado e incentivos a la inversión extranjera, con un éxito tal que la economía en la última década ha estado creciendo a una tasa superior al 6%, han logrado sacar de la pobreza extrema a mas de 100 millones y cuadruplicado el tamaño de la clase media. 

La India alcanzó un PIB nominal de US$1.43 trillones en el 2010, la cuarta parte del PIB Chino y la decima parte del PIB Norteamericano; sin embargo cuando ese PIB se calcula en base al PPA alcanza la suma de US$4.04 trillones, ocupando la posición #4, superada por Japón, China y los EU. 

Aparte de las políticas de apertura y estimulo a la inversión extranjera, La India tiene la ventaja competitiva de contar con el mayor ejercito mundial de ingenieros y técnicos porque en  la década de los cincuentas el Primer Ministro Nehru decidió priorizar el establecimiento de universidades e institutos tecnológicos elites y de enviar al extranjero a estudiar a miles de jóvenes, a contrapelo de las criticas que cuestionaban ese tipo de inversión en una nación muy pobre con un sistema educativo público que era y sigue siendo de  mala calidad. 

El autor tuvo la oportunidad de formar parte de la comitiva que acompañó al Presidente Leonel Fernández en su visita de estado y pudimos conocer empresas globales como el conglomerado Tata(#8 en el mundo, con 160 mil empleados e ingresos por US$70 billones); Infosys, primera empresa en soluciones informáticas con 70 mil empleados y valorada en 5 billones de dólares; el parque tecnológico de Bangalore, donde están instaladas empresas como Microsoft, IBM, Intel, Infosys, Tata, Hewlett Packard y otras, cuyas exportaciones en el 2010 alcanzaron la cifra de US$53 billones. También tuvimos la oportunidad de visitar Film City, una de las empresas que componen el "bollywood", que en la actualidad producen el doble de películas que  Hollywood. 

Frente a esos impresionantes logros, La India exhibe la mayor población mundial de pobreza extrema con más de 250 millone,  39% de analfabetismo, mitad de la población infantil desnutrida y un PIB per cápita (PPA) de apenas US$3,400, que la coloca en la posición mundial #163,  mucho menos de la mitad del PIB per cápita de la RD (US$8,600 millones). 

A los que tuvimos la oportunidad de visitar La India nos sobrecogió el contraste entre una elite intelectual y económica frente a pobres extremos, con gente viviendo a la intemperie, haciendo sus necesidades fisiológicas a la vista de todos, barrios hacinados con viviendas de trapos y cartones con sus habitantes durmiendo en el piso, un tránsito caótico con millares de vehículos, motores, motonetas (rickshaws), vacas en plena vía y conductores suicidas. 

En La India conviven dos sociedades y ha demostrado exitosamente que es posible implementar una agenda de modernidad e innovación, antes de resolver los problemas primarios, y entonces el éxito de esa agenda permite desarrollar otra dirigida a disminuir la pobreza, elevar el ingreso per cápita y reducir el déficit de infraestructuras. 

Con la búsqueda de inversión extranjera en alta tecnología o en asociación con empresarios locales, como procuró el viaje del Presidente, la multiplicación de institutos tecnológicos y parque cibernético como el de Las Américas, becar millares de estudiantes para especializarse en el exterior (como lo está haciendo el Ministerio de Educación Superior), la ley de incentivos a la industria fílmica etc., estaríamos sentando las bases para una agenda de modernidad.