El título central de la reunión de Davos celebrada la semana pasada fue “Participantes para un mundo más cohesivo y sostenible”, y a pesar de que en sí mismo es evidencia de una visión muy inclusiva de la actividad financiera, la reunión es frecuentemente caracterizada como lugar de exhibición de los más poderosos.

Es cierto que solo se acude por invitación, pero existe una clara voluntad de estar abiertos al mundo, no sólo en los temas que se abordan y en las instituciones  personas que son invitadas, como indirectamente reseñé la semana pasada, sino también en términos de difusión de sus sesiones, un tercio de las cuales fueron retransmitidas en vivo y se mantienen disponibles tanto en la página de la organización como en redes sociales.

En coherencia con la urgencia climática y con el hecho de que han transcurrido casi 30 años desde la cumbre de Río y de todos modos los indicadores ecológicos siguen siendo muy desfavorables, el tema central fue la sostenibilidad ambiental, como lo refleja el resumen que hizo la propia entidad sobre el evento.

Pero, por supuesto, hubo espacio para otras preocupaciones, una de las más destacadas la referente al uso y la seguridad de la información sobre y para las personas, con sus derivaciones éticas.  De particular relevancia para El Arca, federación de asociaciones dedicadas a rescatar los dones de las personas con discapacidad intelectual, está el hecho de que se continuó dedicando horas de reflexión a todas las discapacidades, algo que había sido abordado con fuerza en el año 2019.

En este sentido, en la reunión de enero pasado se invitó a Caroline Casey una activista clasificada como legalmente ciega que dedica esfuerzos a la inclusión de personas con cualquier tipo de discapacidad dentro del mundo de los negocios.  Su exposición recibió un apoyo adicional a través de la experiencia que estuvo disponible durante tres horas para todos los interesados de experimentar un lapso de ceguera.  Para realizar este ejercicio se contó con voluntarios mexicanos que servían de guías para cualquier persona que, más allá del discurso cognitivo, quisiera experimentar en carne propia lo que se siente vivir en estas condiciones.

De mayor relevancia e impacto a mediano plazo ha sido la iniciativa denominada Valuable 500 lanzada por la misma Caroline Casey, que busca motivar y reconocer a las empresas que realicen tareas de inclusión.   El Arca de la República Dominicana organizó un panel sobre este tema en mayo de 2019. Ahora las empresas nacionales o establecidas en el país, además cuentan con la posibilidad de obtener conocimientos sobre cómo proceder en este sentido y, más allá, obtener reconocimiento internacional si alguna de ellas se inserta en esta lista.  Esta es una invitación a aprovechar esta oportunidad.