“Y es que, al igual que sucedía en el mundo soviético, entre la teoría y la praxis del constitucionalismo democrático comienza a abrirse un gigantesco vacío, que por el instante, se esta llenando con la impostura, con la mentira y con la negación consciente y premeditada de la verdad”. Eloy Garcia
La expresión que se ha hecho popular que reza que la percepción vale más que la realidad, ha dejado vacía a la realidad de todo su contenido. Lo anterior lo demuestra el hecho de que casi todos los operadores del sistema político en la actualidad se desvanecen más por crear su “percepción”, que por transformar la realidad; llegándose al extremo, de afirmarse que los altos indices de delincuencia que existen en nuestro país eran fruto de la percepción, tratando de convertir la realidad en una percepción, lo cual justificaban estos publicistas del establishment, en razón de que conocían bien y repetían con frecuencia el vetusto aforismo que reza “ la mujer del César no solo tiene que ser seria, sino que también tiene que aparentarlo”. Así los periodicos, la radio, la televisión, y las redes sociales tienen un valor superior a un millón de policías.
Parecería ser que cuando Benjamín Constant abre la excepción de decir la verdad más que con aquellos que tienen derecho a la verdad, constituiría el fundamento donde se apoyarían los presidentes para utilizar las imposturas. A esto le respondió Kant en su ensayo: “Sobre un presunto derecho de mentir por filantropía”, fundamentando en los principios preconizados por Constant: a) la igualdad del hombre ante la ley; y b) que ningún hombre puede estar obligado más que por las leyes, a cuya formación ha contribuido. Por consiguiente, plantea que el derecho a la verdad es un deber incondicionado, que vale para todas las cosas.
En palabras de Kant, para pasar de una Metafísica del Derecho a un principio de la política se necesitan tres condiciones: a) una proposición apodicticamente (es decir, una verdad concluyente); b) una ley que prescriba la igualdad de todos ante ella; y 3) la coherencia; para a seguidas concluir que : “El derecho no tiene nunca que adecuarse a la política, sino siempre la política al derecho”.
El pensamiento kantiano vuelve a insistir en este aspecto, cuando plantea que: “Pues, a pesar de que yo, con una determinada mentira, no haya hecho ninguna injusticia a nadie, sin embargo, lesiono en general el principio del derecho referente a todas las declaraciones ineludiblemente necesarias (cometo injusticias formales, aun que no materiales). El que reclama derecho a mentir, es ya un embustero (impotencia), pues con ella muestra que no reconoce la veracidad como un deber en sí mismo.” En efecto, Kant iguala y reclama, que el mismo deber que tiene un ciudadano a decir la verdad, en un contrato jurídico-práctico, ese mismo deber tienen los politicos (“según las reglas de la política”). Si les permitimos excepciones, remata Kant, “aniquilarían la universalidad, solo de la cual toman su nombre de principios”.
Asevera Eloy Garcia, en su introito de la obra Poder, autoría de Guglielmo Ferrero, que desde una perspectiva actual, el punto mas relevante de toda la construcción Ferreriana de la legitimidad probablemente reside en este punto, en la teoría de la impostura, del significado letal de la mentira en la política… En el momento presente su tesis acerca de las terribles consecuencias que derivan del intento de convertir la impostura en principio estructural del poder.
En nuestro país, en los últimos 16 años de gobierno, la mentira disfrazada de percepción, la falsificación, clientelismo, el fraude querido y consciente se enseñorearon y se convirtieron en una praxis del manejo del poder político, verbigracia: Punta Catalina, las declaraciones de no reelección, y las declaraciones juradas de bienes de los funcionarios públicos.
En que consiste la impostura y la mentira desde el poder: Tratase pues, de un falseamiento inducido por el mismo poder que, de manera inconfesa, burla la formula de legitimidad que debiera sostenerlo, de un falseamiento que convierte a la legitimidad en una formula vacía de contenido, cuya misión es encubrir los actos de un poder que en la praxis, opera de manera muy distinta a como dicen obrar en teoría.
La Cámara de Cuentas, nunca funcionó como órgano de control ni Compras y Contrataciones del Estado como fiscalizador, por lo que la misma la ciudadanía terminó llamándola “cámara de cuentos”, y los precios de las obras publicas de acuerdo a ejecutivos de Odebrech nunca fueron lo que se contrataban en licitaciones públicas llegando a entregar la suma de 92 millones de dólares de soborno, y utilizar adendas para evadir los concursos y su transparencia.
La sinceridad y la coherencia nunca fueron cualidades de sus gobiernos. El camuflarse fue su naturaleza. Cuenta Ferrero que un día un diputado de la oposición le recordó a Crispi su discurso de oposición, a lo cual éste le respondió: “desde lo alto de la pirámide se ven las cosas de diferentes maneras a como se ven desde la base”.
El inexplicable camuflaje del poder que dejaba indiferentes a tantos dominicanos, y a otros hasta les encantaban esas elocuencias de imposturas, los que buscaban siempre mantenerse en el poder para ejercerlos de manera absoluta, suprimiendo la oposición, resultando evidente que estaban siendo ayudados en su ambición por apoyos invisibles y muy poderosos, bien por la indiferencia de la mayoría de la nación.
La coherencia no solamente se enarbola en contra de los compañeros del partido. La coherencia se enarbola también para defender los intereses del pueblo y la nación.
Pero Metternich afirma Ferrero lo había dicho hacia ya mucho tiempo: “la impostura es siempre el vacío”.
El reinado del PLD llegaba a su fin, como el de Luis Felipe, en función de que se apoyaba sobre el vacío del que todos ignoraban su existencia. En su último gobierno estaban encerrados en un circulo vicioso que llevaban a un resultado opuesto, en el sentido de que cerraban todavía más el circulo, y su poder poco a poco había desfallecido, pero el otrora ejecutivo, antes que convivir en un gran partido, pensaba en aniquilar al existente. La situación estaba sin salida, lo que significaba que solo podia resolverse por una catástrofe. El resultado natural de todas las situaciones sin salidas. Dicho gobierno provocaba descontentos oscuros y profundos, por la simple razón de que estaba basado en la impostura y la mentira: “La impostura es siempre el vacío”.
Aquel partido creado por los acontecimientos, y gracias a la habilidad de un hombre que lo llevó al poder, desapareció víctima de otros acontecimientos, por los errores de los hombres que lo habían creado y gracias a la habilidad de sus rivales; y aquel poder, que desde hace 16 años ininterrumpidos, que parecía “are perennius”, se había dividido, por utilizar las malas prácticas que se emplearon en las últimas elecciones en contra de su líder y presidente, la figura más dotada políticamente, y cuidado si del país.
A las imposturas, a las mentiras y a la negación consciente y premeditada de la verdad, el pueblo y la nación le dieron la espalda, y sus relaciones con lo que detentaron el poder por 16 años ininterrumpidos se fueron enfriando sus lealtades, por lo que terminó irritando a todos, y consecuentemente la pérdida del poder político. Cuando esto sucede, – dice Ferrero – los genios invisibles que tienen por misión liberar al poder de sus miedos, se indisponen, deviene monstruos malignos y se transforman en enemigos y torturadores de los hombres a los que debieron proteger. Esto hizo el movimiento marcha verde y las manifestaciones en la Plaza de la Bandera.
El PRM ganó las elecciones presidenciales y congresuales, porque la nación llego al hastío de la impostura del porder, el PLD perdió el poder y una cantidad de votantes, porque éstos últimos rechazaron esta praxis. Cuando las imposturas pertenecen al poder, la democracia debiene en una democracia de mentiras.Ustedes deciden.