En un artículo de opinión publicado el 26 de junio en el periódico español El País, la periodista Soledad Gallego-Díaz aconsejaba a los partidos tradicionales españoles que para poder recuperar su credibilidad perdida debían poner en práctica la sugerencia de Janet Yellen, actual presidente de la Reserva Federal de los EEUU: “hay que dar explicaciones claras sobre qué se está haciendo y por qué.”
En el caso dominicano, las palabras de Yellen podrían servir de consejo para los partidos y agrupaciones políticas en formación. Sin embargo, no serían útiles para los partidos tradicionales. Dar explicaciones sobre sus motivaciones, esclarecer sus intenciones supondría una declaración sobre su apropiación del Estado, sobre sus ilegalidades para fines meramente perversos. Dar explicaciones sobre lo que hacen sería decirle al pueblo dominicano que han buscado el poder para enriquecerse; que buscan el poder por el poder; que no tienen interés de servir al bien común ni pretenden brindar respuestas a los principales problemas de la nación.
Si un partido tradicional como el oficialista nos proporcionara explicación, nos diría que ha crecido la nómina pública como mecanismo de preservación de poder. “Esa es la lógica de la sobrevivencia política,” diría. Nos confesaría que lo que importa no es la educación, sino la comisión que viene con el contrato de la construcción de la escuela; que vive ajeno a la justicia, porque él es la justicia; que él está por encima de la ley. La ley no le aplica, empero sí a todos nosotros.
Más que una idea para recuperar la credibilidad de los partidos tradicionales, la declaración de Yellen me parece una idea formidable para construir la credibilidad de las nuevas agrupaciones políticas, movimientos y partidos que puedan surgir en medio de la actual coyuntura. La política debe construirse siempre a partir de la verdad, debe construirse sobre esfuerzos claramente definidos, no sobre el engaño, como lo han hecho nuestros partidos políticos tradicionales.
La transparencia es uno de los elementos más importantes para las organizaciones que buscan formalizar sus operaciones y moverse en dirección de la institucionalización y la sostenibilidad. Sólo así se empoderaría al ciudadano dominicano; sólo así se generaría confianza en una nueva agrupación política.
Para los que creemos que es posible un país distinto, más justo y democrático y que estamos a tiempo de construir una nueva opción de poder, simplemente debemos empezar a construir ya.
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Samuel Bonilla | @sbonillabogaert | se.bonilla@gmail.com