La Universidad Autónoma de Santo Domingo es un faro que alumbra a  la sociedad dominicana. Con una matrícula total promedio de 182,185 estudiantes, miles de jóvenes ingresan con la esperanza de que su vida mejorará gracias a las herramientas que la academia les proporciona. Llegan a las aulas de la Primada de América con innumerables sueños. Rememoran a los insignes egresados que de allí han salido y sienten en sus hombros el peso de la responsabilidad.

Los maestros no se quedan atrás. Con una matrícula total de 3,101 profesores, ellos saben que tienen vida en la voz de sus cátedras, que no son solo estudiantes los que acuden a recibir clases, sino que es la República Dominicana misma que se sienta en cada butaca con deseos de progreso.  Conocen que siembran en el terreno más fértil que tiene una sociedad: sus estudiantes.

Así, los servidores universitarios, a pesar de las precariedades económicas con las que se desempeña la academia, preparan con empeño el ambiente idóneo para que la clase se imparta en las condiciones más óptimas posibles. Trabajan con tesón porque también saben que están preparando el entorno del que saldrán los futuros profesionales del país. Se empeñan con ahínco, porque tienen la certeza de que tienen en sus manos los procesos de una institución que existió antes de que el país naciera.

La UASD con presupuesto anual de 7, 117, 476, 975.00 millones de pesos, devuelve a la sociedad anualmente un aproximado de 11,000 profesionales en las diferentes áreas del saber. Es por esto que cada día los maestros, servidores y autoridades universitarias, tenemos el compromiso de reafirmar nuestra vocación de servirle a este pueblo. Lo que mejor sabemos hacer en la UASD es tomar esas esperanzas y sueños que traen nuestros estudiantes para convertirlos en seres productivos y responsables con su entorno.

El gobierno por su parte, con el diálogo que recién inicia motivado por los diferentes sectores que hacen vida en la universidad (profesores, estudiantes, servidores) abre las puertas para atender las necesidades que demanda la academia. Este diálogo, que deberá traducirse en acciones concretas por parte del gobierno central y deberá ser asumido como un reto para todos los que formamos parte de esta noble institución.

!Mientras nuestra universidad exista, el porvenir de la sociedad dominicana estará garantizado!