La imaginación es nuestra capacidad de visualizar realidades en nuestra mente, que podrían todavía no existir en el mundo material. Como todas nuestras capacidades, la perfeccionamos con el entrenamiento adecuado. La mayoría de nosotros percibimos que tenemos mucha más capacidad mental de la que habitualmente utilizamos, ¿Pero de qué podría servirnos eso, si no tomamos ninguna conducta?

Sabemos que razonamos, pero solemos creer innecesario analizar cómo lo hacemos. Para aumentar tus capacidades mentales, lo primero que debes saber es que se puede. Lo segundo, debes realmente desearlo. Y en tercer lugar, utilizarlas (no aprendiste a caminar en un día). Hablaremos de una buena forma de comenzar. Posteriormente, tu esencia divina, irá “personalizando” tu rumbo. Lo que otro te diga, debería ser sólo un comienzo.

Tus imágenes mentales tienen diversas fuentes u orígenes. Conocemos la comunicación del subconsciente, que suele ser simbólica e indirecta. Las imágenes son excelentes para transmitir informaciones, por lo que el inconsciente las utiliza constantemente. Puede ser como sueños o visiones. Esa comunicación necesita ser indirecta, porque tienes más limitaciones de las que crees.

Otra fuente de tu imaginación es tu creatividad.  Cuando quieres realizar algo, primero lo creas en tu mente y luego existirá procurando adecuarse a tu idea. Todo lo que hemos realizado, primero lo hemos imaginado (edificios, inventos, organizaciones sociales, instituciones, obras de arte, estrategias, teorías científicas).

Naciste con talentos que temes usar, pero te los dieron para que los uses. Como somos hijos de Dios, podemos desencadenar fuerzas creativas en nuestro entorno. Pero se te dijo que para crear, debes creer. No es preciso que entiendas cómo algo se logrará, pero puedes visualizar lo que quieres lograr, y una parte en ti, comenzará a hacer cosas que crees que no sabes hacer, mediante procesos que por el momento no puedes comprender.

Mientras mejor visualices lo que quieres, más posibilidad tendrás de lograrlo. Debes “repasar” tu imagen periódicamente. Así como cuando piensas en una edificación, toma meses concretizar o llevar a la realidad lo que pensaste. Requiere fe, perseverancia, concentración, paz, armonía. Estos elementos existen en la gente verdaderamente espiritual, que simplemente necesitan ser ayudadas a despertar.

Además, Dios te guía a menudo mediante imágenes que a veces crees no entender. Pero conoces mucho más de lo que crees conocer.

No tenemos que parecernos a nadie, pero otros pueden darnos pautas para visualizar nuestro camino. Imagina que eres la nota DO de alguna octava de un piano, pero al estar al lado de RE, decides ser RE. Serías un fracaso, porque en el piano no se necesitan dos teclas idénticas y estaría faltando un DO. Puedes iniciar el camino siguiendo los pasos de otro, pero entender que en determinado momento, te surgirá la imagen de lo que tú debes ser y necesitarás valor para emprender tu camino personal. Siempre debes consultar tu “mapa interior”.

A veces cuando imaginas lo que quieres, descubres que no es exactamente lo que realmente querías. No importa. Siempre es posible rectificar ideas y corregir el rumbo. Si te guías simplemente por lo mismo que hacen todos, no puedes esperar resultados mejores, sólo serías más de lo mismo. Tú decides si serás un bote de vela esperando que lo lleve el viento a algún sitio o una lancha con motor, que va exactamente donde decide. Dios ama a las ovejas, pero espera que se conviertan en pastores.

Visualiza exactamente la imagen de cómo quieres ser o vivir, con la mayor claridad posible. Es preciso vivir con propósito o sentido, y no permitir que destruyan tus sueños. Aunque puedes “vivir sin pensar”, no vale la pena.

Al principio puede no ser fácil controlar los pensamientos, tus principales potencias para lograrlo son la paciencia y la perseverancia. Algunas imágenes mentales pueden no agradarte, pero si te concentras en evitar un pensamiento lo tendrás cada vez más presente, más bien concéntrate en otra imagen en su lugar. Lo que eres, depende de cómo pienses.

Cuando tú no lo haces, otros imaginan tu camino. De ayer y de mañana sólo tienes imágenes, pero es  hoy que puedes tomar tu control interno, con el apoyo del Ser Supremo. Recuerda que el tiempo es relativo (Einstein). No debes confundirte, en el único lugar que puedes ser feliz, es en tu interior. La calidad de tu existencia es directamente proporcional a la calidad de tus pensamientos.