“Una muchacha iba de regreso a su casa al terminar de visitar a una amiga. Se le había hecho tarde y ya era muy de noche por lo que decidio cortar camino para llegar pronto a su casa, así que se fue por un callejón que la conduciría más rápido a su casa. Al final del callejón estaba un hombre parado como si estuviese esperando a alguien. A la muchacha le dio mucho miedo y dijo en su mente: "Dios por favor acompañame y guiame hasta llegar a mi casa. Amén." La muchacha pasó y el hombre no le hizo nada!! Ya estando en su casa, la muchacha prendió la televisión y miro que el hombre del callejón había sido detenido por haber matado a una muchacha 10 minutos después de que ella había pasado por ahí. Los policías le dijeron: "Una muchacha pasó por ahí 10 minutos antes, ¿porque a ella no le hiciste nada?" y el hombre contesto, "Ella no iba sola, ella iba escoltada en ambos lados por dos hombres grandes y fuertes".

El cuento no es mío y desconozco al autor. Se hizo viral en las redes sociales y todavía se envía por whatsaap como “cadena poderosa” que no debes romper si crees en Dios y quieres quee te haga un milagro. Lo cuentan deliberadamente algunos predicadores para ilustrar a la feligresía, para que vean que Dios es todopoderoso y defiende a los buenos.

Una noche de campamento, acompañando a un grupo de jóvenes cristianos, aproveché para leerle el cuento y ver la reaccion. Todos estaban muy atentos mientras leía la terrible historia. Cuando terminé de leer, todos los muchachos exclamaron ¡Qué bonito! Y “alabaron a Dios” porque protege a quienes se encomiendan a Él. Ninguno de ellos cuestionó la imagen de ese dios rencoroso que protagoniza el relato. Ninguno pensó en la pobre muchacha asesinada, porque al parecer se lo merecía por no creer y por no encomendarse a Dios.
Esta es la imagen de Dios que muchas personas se han fabricado dentro de las iglesias. El cuento no está lejos de las prédicas terroríficas de la mayoría de pastores evangélicos y algunos curas católicos. Amenazan con el infierno a quien no se “convierte” y les auguran las maldiciones del cielo. Siempre piensan en un dios que castiga y condena, que te manda una enfermedad terrible, algún cáncer para que “afinque” o alguna otra desgracia porque te lo mereces, por desobediente, por ateo, por agnóstico, por ser socialista, por feminista, por gay, etc.
En estos días en el que nos llegan las impactantes imágenes que dejó el uracán Dorian a su paso por las Bahamas, algunos cristianos daban gracias porque después de haber orado Dios cambió la trayectoria del huracán y al parecer lo envió a las Bahamas por ser más pecadores y no haber orado lo suficiente. ¡Eso es inaceptable!

El adefesio de Dios que se han construido algunos cristianos (vamos a llamarlos así) de alguna manera conviene a los líderes religiosos, pues son quienes controlan el ámbito sagrado y se sienten los hijos predilectos de Dios por encima de los otros seres humanos; los que están “más cerca de Dios”, los receptores de un poder divino para decidir lo que es bueno o malo, lo moral o moralmente incorrecto. Y todo lo argumentan con la frase fundamentalista de: “la Biblia dice…” La Biblia dice que debes pagar el diezmo al pastor, la Biblia dice que Dios te bendice sólo si eres generoso con la ofrenda, la Biblia dice que el hombre es la cabeza del hogar y que la mujer debe estar sometida al varon , la Biblia dice que los homosexuales no entrarán al reino de los cielos, la Biblia dice que eres pobre porque Dios te eligió para ser pobre, no por las injusticias de los gobiernos corruptos, la Biblia dice que Dios es quien quita y pone reyes y toda autoridad es puesta por Dios y debemos respetarla sometiendonos a ella, etc. ¿Y quiénes están autorizados para interpretar la voluntad de Dios expresada en la Biblia y hacer que se cumpla? Ellos, los que controlan el ámbito sagrado.

¿Es ese el Dios de Jesús? Todo lo contrario, Jesús habló de un Dios que es “Abba”. Este término arameo no tiene tradución exacta en ninguna otra lengua, pero la mayoría de exegetas coinciden en traducirlo como “papasito”. Con esta ternura infantil se refería Jesús a Dios, ese Padre nuestro “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a regar los campos sembrados de los justos e injustos”. (Mt. 5,45).

Crecer espiritualmente hasta llegar a tener una fe adulta debe ser responsabilidad de todo buen cristiano. La dimensión religiosa es importante para el ser humano, pero son pocas las personas que se consideran religiosas que estudian seriamente su credo. Esta es la razón por la que muchos creyentes han distorcionado la imagen de Dios y han creado otro a imagen y semejanza de ellos: rencoroso, indolente y odioso como el que aparece en el cuento. Ese dios, producto de la proyección humana, debe morir para que nazca el Dios compasivo de Jesús que siempre puso a la persona por encima de cualquier normativa o dogma religioso.