Según se planteó en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1979, la Igualdad de Género, es un “Principio Jurídico Universal”. Deteniéndonos en este punto, podemos analizar el trasfondo que esto involucra, ya que no es algo que estamos pidiendo, es algo que por derecho nos corresponde y por deber tiene que ser recibido.

¿Entonces porque hay que lucharlo?

El concepto de Igualdad de Género parte de que todos y todas en derechos, deberes y oportunidades debemos ser iguales. Ahora bien, en el terreno no es así, ¿Cómo lo sabemos? Existe lo que es el Índice de Desigualdad de Género(IDG), este refleja las desventajas que sufrimos las mujeres en tres dimensiones: Salud reproductiva, Empoderamiento y Mercado laboral.

Según datos extraídos del Informe de PNUD (Programa de Naciones Unidas), basado en este indicador, 20% de las mujeres entre las edades de 15 a 19 años, no reciben educación escolar, porque “quedo embarazada” y ha sido “retirada” del Centro Educativo. En cuanto a la situación laboral, el mismo Informe, puntualiza que el salario promedio de las mujeres en República Dominicana es 21.3% menor que el percibido por los hombres.

En el renglón de Empoderamiento, para el año 2012, doce provincias no contaban con representación femenina a nivel congresual.

¿Cómo contribuyen estos factores al atraso de un país en lo referente a su desarrollo socioeconómico? ¿Hasta qué punto no abordar la equidad en el género, nos lleva a continuar sumidos en el Sub-desarrollo?

Aplicando el principio de la Equidad de Género, entendemos que los contextos son diferentes, y partiendo de esos contextos se deben asumir los cambios que nos encaminen a la Igualdad. Cuando se hace referencia a que los contextos son distintos, se refiere a que las oportunidades a las que puede acceder una mujer y un hombre, por ejemplo, en el ámbito rural, no es el mismo que en el Urbano. Pero siempre se debe buscar el terreno en el que ambos tengan las mismas oportunidades de lograr el desarrollo y cubrir las necesidades que puedan tener. Cuando se logra esta condición la sociedad avanza, el país avanza.

Equidad, es sinónimo de plantearnos los objetivos necesarios para introducir en el concepto de Igualdad lo ético y lo justo. La misma busca que se creen las condiciones necesarias para el acceso a las oportunidades en el terreno económico, social, político y personal de hombres y mujeres.

La implicación es profunda, pero poco abordada. Las mujeres empoderadas contribuyen a la salud y la productividad de las familias, lo que deriva en la reducción de la pobreza, y eleva la calidad de vida(UNFPA,2014) Visto esto desde la consigna de que la Familia es el principal núcleo de la sociedad, y, por ende, desde su centro se forjan las futuras generaciones.

Es necesario, también apuntar a que la mujer dominicana, aunque representa el 65% de quienes estudian en las universidades, tienen la desventaja de que su participación en el mercado laboral es 44.5% inferior, frente a un 67.9% de los hombres, lo que nos coloca por debajo de los países de IDH (Índice de Desarrollo Humano) alto, incluso de la región de ALC (PNUD, 2014).

La lucha por el reconocimiento del Derecho a la Igualdad debe ser un tema abordado por toda la sociedad y las autoridades de un país. No es un tema de la Mujer, es un tema del desarrollo de un país. Obviarlo y no prestarle la atención debida, es uno de los factores que no permitirán nuestro adelanto.