Si examinamos el sistema de recogida de basura a la hora pico, lo comparamos con otras naciones, más la falta de educación ciudadana, concluimos en que la ignorancia es asesina.

Lo primero que hay que detallar es que todos en las grandes ciudades dominicanas somos víctimas de la humareda,  un angustioso “tapón” provocado por un camión de basura atravesado en la vía en plena faena a la hora pico.

Cuando los niños van a la escuela, los empleados a sus oficinas, los obreros a su faena, tienen que lidiar con un molestoso, ruidoso  camión de basura, el olor de podredumbre  y nauseabundo que desprende.

Es momento de que comencemos a copiar gradualmente las cosas buenas, no las malas, de otras ciudades organizadas que recogen la basura bien entrada la noche.

Si visitamos una ciudad norteamericana o europea nunca nos topamos con un camión de basura, pero  vemos las calles impecables. Tienen la costumbre lavar calles y edificios, pero en la noche.

Mi profesora de Lengua Española suele bromear que en Barcelona, España, “los árboles se auto recogen las hojas”, para resaltar el método eficiente de recogida de la basura en la noche.

Por la cantidad de hojas que los árboles deprenden en otoño es un dolor de cabeza en nuestro país, pero allá nunca se ve a nadie limpiando debajo de una mata, cuando esto se realiza el ciudadano común duerme.

Si la capital y demás ciudades dominicanas organizan un eficiente sistema de recolección de basura nocturna, se le ahorra un trauma a los transeúntes y el Estado se economizaría una cantidad elevada de recursos.

Los vehículos de los cabildos ahorrarán más combustibles, no tendrán que tomar los largos embotellamientos del tránsito a la hora pico. No recibirán las maldiciones, insultos de los ciudadanos a los que “les arruinan” la vida.

Los obreros serán más eficientes recogiendo la basura, no encontrarán ningún tipo de obstáculo para realizar su labor.

El cambio de modelo debe ir acompañado de una más justa remuneración para los empleados de las alcaldías, una verdadera campaña educativa, un riguroso sistema de cumplimiento de las leyes que procuran el embellecimiento de los municipios.

Arrojamos la basura a las calles sin recibir castigo. Por ignorancia, no nos damos cuenta que el afectado siempre será el ciudadano mismo.

La ignorancia de los  gobiernos municipales es criminal: No educan, no hacen cumplir las leyes y usan un sistema de recogida de basura obsoleto y costoso.