Las menores han transformado la cosmovisión de la iglesia católica, digo las menores, porque a cristianos y paganos no les preocupa y tampoco les quita el sueño que los varones hagan lo mismo que sus pares femeninas, sexo a temprana edad. El problema de la iglesia con profamilia no parece ser la edad y mucho menos el acto sexual mismo, el eje de preocupación del asunto para unos y otros parecen ser las consecuencias: embarazo, aborto y no aborto.
La cosmovisión de la iglesia ha estado marcada desde el siglo I de la era cristiana por la caridad fraterna y el perdón. El debate del mundo moderno centró la búsqueda de la verdad en establecer como fundamento de la misma, la disyuntiva del problema de la fe, la ciencia y la razón y, en la sociedad dominicana las menores y sus derechos a "hacerlo temprano", hicieron del pecado un delito, que se limpia en los tribunales y no en el confeccionario. El estrado, los procesales civiles y penales, la cruz ante el juez y una sentencia, han sustituido: la fe, la pastoral, el compromiso del sacrificio de la cruz salvadora y la oración . Ante esta acción transformadora de las menores en la cosmovisión de los preocupados hermanos católicos, soy católico, me remito a la primera epístolas de San Pablo a los Corintios, quien recomienda a las comunidades no resolver sus litigios en los tribunales:
"Cuando alguno de vosotros tiene un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos, y no ante los santos?
¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no sois acaso dignos de juzgar esas naderías?
¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? Y ¡cómo no las cosas de esta vida!
Y cuando tenéis pleitos de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia tiene en nada!
Para vuestra vergüenza lo digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar entre los hermanos?
Sino que vais a pleitear hermano contra hermano, ¡y eso, ante infieles!
De todos modos, ya es un fallo en vosotros que haya pleitos entre vosotros".
1 Corintios 6:1-7
¿Son los tribunales los llamados a resolver un problema de fe? ¿La iglesia se ha planteado una respuesta pastoral al desafío de la realidad de embarazos en adolescentes? ¿Su catequesis, su pastoral juvenil, sus grupos de oraciones abordan el problema de las relaciones sexuales tempranas como un problema pastoral y de fe?
Frente a la urgencia de encontrar respuestas pertinentes a los embarazos en niñas y adolescentes, al aborto y otros temas de carácter moral y religioso, el camino de la iglesia no puede ser los tribunales, por el contrario, es el compromiso social y de fe y, el acompañamiento solidario con la persona en riesgo y la victima. Jesús fue muy claro: " dad al César lo que es del César y, a Dios, lo que es de Dios".